REDACCIÓN.- Cientos de personas acudieron este jueves a una iglesia de Mineápolis (EEU.UU.) para dar su último adiós a Daunte Wright, un joven negro que murió recientemente por el disparo de una agente de policía.
“Esta semana hemos visto al Dios de la Justicia, pero nos queda mucho por luchar”, dijo el reverendo DeVes Toon, en alusión al veredicto de culpabilidad emitido esta semana por un jurado contra el expolicía Derek Chauvin, que asesinó en mayo pasado a otro hombre de raza negra, George Floyd.
En su discurso, Toon lamentó que Wright, de 20 años, falleciera tan joven y pidió a Dios que también haga justicia en su caso.
Con la iglesia llena hasta la bandera, el coro actuó en una de las pausas y cantó: «Antes de ser esclavo, seré enterrado en mi tumba, iré a mi Señor y seré libre».
Aparte de los familiares y amigos de Wright, al templo asistieron la familia de Floyd y varias personalidades políticas, como la senadora Amy Klobuchar y la legisladora de la Cámara Baja Ilhan Omar, ambas representantes de Minesota, además del reverendo Al Sharpton, un conocido defensor de los derechos civiles.
Wright falleció el pasado 11 de abril a manos de una agente de policía, Kim Potter, que, según la versión oficial, confundió su arma de electrochoque, también conocida como táser, con una pistola de fuego durante un control de tráfico.
Tras el suceso, las autoridades locales mostraron un video del suceso en el que se ve cómo tres agentes se aproximan al vehículo de Wright y uno de ellos intenta esposarle, pero el joven se resiste.
Entonces, como se ve en la grabación, empieza un forcejeo y la policía saca su pistola y grita a modo de aviso: «¡táser! ¡táser! ¡táser!». Después se oye un disparo y la agente exclama con sorpresa: «Le he disparado».
Los policías aseguran que pararon el vehículo, porque no tenía algunos papeles en regla, pidieron la identificación a Wright y se dieron cuenta de que tenía una orden de arresto pendiente, por lo que intentaron detenerlo.
Fue en ese momento cuando el hombre intentó volver a meterse en el vehículo y recibió un impacto de bala.
El suceso ha avivado las tensiones en Mineápolis, que ya estaban a flor de piel debido al juicio contra Chauvin por la muerte de Floyd, grabada en un video que el año pasado dio la vuelta al mundo y espoleó unas protestas históricas contra la brutalidad policial y el racismo.
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