Redacción.- En la actualidad, la persona más longeva del planeta tiene 118 años, pero nuevas investigaciones sugieren que, en teoría, los seres humanos podrían vivir hasta 150 años. Para los expertos en longevidad es posible aumentar la cantidad de tiempo que una persona viva sintiéndose ágil y sano, y una de las claves es el tipo de comidas y bebidas que se ingieren.
Dan Buettner es autor e investigador y se dedica a estudiar los puntos calientes de longevidad del mundo, que son también conocidos como Zonas Azules. Son lugares donde residen las personas más longevas y en la lista se encuentran Ikaria, Grecia; Loma Linda, California; Cerdeña, Italia; Okinawa, Japón; y Nicoya, Costa Rica. Recientemente, Buettner publicó una lista de las bebidas que más se consumen en esos lugares.
“Esto es lo que beben las personas de las Zonas Azules, que estadísticamente viven las vidas más largas sin enfermedades crónicas”, explicó Buettner.
“Así que es una correlación. No puedo establecer una relación causal, pero puedo decirte que en estas Zonas Azules, esto es lo que bebe la gente y lo beben a diario durante décadas o incluso un siglo”, afirmó. Aquí un detalle de las 5 bebidas.
1- Té verde
En la Zona Azul de Okinawa, Japón, la gente llena una jarra de más de medio litro de hojas de té y bebe a sorbos durante todo el día, y da dos razones distintas de por qué esto puede ayudarles a alcanzar el estatus de centenarios a tasas más altas que la población general.
“En primer lugar, la cafeína ha resultado ser netamente positiva, y se asocia con tasas más bajas de diabetes y Parkinson, tasas más bajas de enfermedades cardiacas y una mayor concentración”, afirmó Buettner. Aunque se advierte que el consumo del té puede interferir en el sueño si se consume durante el atardecer.
La otra razón por la que el té verde es una bebida convincente para la longevidad es que está repleto de antioxidantes. De acuerdo con la dietista Neva Cochran, de los Estados Unidos, el té verde tiene un alto contenido en un tipo de antioxidantes conocidos como flavanoles, que se han relacionado con la reducción del colesterol malo. Hay estudios que han demostrado una relación entre el consumo de té verde y una mejor salud cardiovascular en general.
La licenciada en Nutrición Romina Pereiro explicó en Infobae que “los flavonoides que son antioxidantes muy potentes que previenen la oxidación celular. Son nutrientes esenciales que refuerzan los capilares sanguíneos, regulan la circulación, favorecen la absorción de vitamina C y mejoran el colágeno. Es una proteína fibrosa que sirve como cemento intercelular y genera elasticidad en la piel. Su función principal es prevenir la oxidación y las radiaciones”.
El té verde también es rico en un tipo de antioxidantes conocidos como catequinas, que protegen al organismo de los radicales libres. Éstas, junto con el contenido de cafeína del té verde y el aminoácido l-teanina, que también se encuentra en el té verde, ayudan a proteger el cerebro.
Una revisión de 21 estudios diferentes encontró pruebas convincentes que relacionan el consumo de té verde con una mejor atención y memoria. La mencionada l-teanina también podría ser responsable de los vínculos entre el consumo de té verde y la mejora del estado de ánimo. Si aún no estás convencido de empezar a tomar té verde, debes saber que también se ha relacionado con una reducción significativa de los niveles de azúcar en sangre en ayunas, lo que significa que podría proteger contra el desarrollo de la diabetes tipo 2.
2. Té Matcha
Otra opción para tener en cuenta es el polvo de “té verde matcha”, que cumple todos los requisitos para potenciar la salud y sabe muy bien servido caliente o frío.
“El té matcha está repleto de catequinas, también conocidas como ECGC, que contienen compuestos antiinflamatorios y anticancerígenos”, explicó Tracy Lockwood Beckerman, experta en nutrición de Nueva York. “Estos útiles antioxidantes van tras la inflamación en el cuerpo y trabajan para reparar y sanar el daño”, afirmó.
3. Té negro
El té negro tiene muchos de los mismos beneficios que el té verde. También contiene cafeína, polifenoles antioxidantes, L-teanina y flavanoles. Como resultado, también protege contra el desarrollo de varias enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2, el cáncer, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardiovasculares. Y de hecho es incluso mejor para el intestino/digestión que el té verde.
Un estudio de 2022 realizado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) indicó que las personas que bebían al menos dos tazas de té al día tenían un riesgo de muerte entre un 9% y un 13% menor que quienes no lo hacían. El trabajo se realizó con datos del biobanco de salud del Reino Unido, haciendo el seguimiento de 500.000 personas durante 14 años.
La mayoría de las personas investigadas bebían té negro, pero otro trabajo de la Universidad Jiaotong, de Shanghái, de 2017 mostró que quienes beben té verde obtenían resultados de longevidad similares.
4. Café negro
El café también contiene cafeína y está repleto de antioxidantes beneficiosos. De hecho, según Buettner, es la principal fuente de antioxidantes en la dieta estadounidense.
El café también es rico en nutrientes esenciales, como la vitamina B5 (para fabricar glóbulos rojos), el manganeso (para el desarrollo óseo y el metabolismo), el potasio (para bajar la tensión arterial), el magnesio (para producir energía y conciliar el sueño) y la niacina, que ayuda a convertir las vitaminas en energía utilizable.
En general, su consumo está relacionado con una mejora del riesgo de diabetes de tipo 2, depresión, enfermedades neurodegenerativas, cáncer y enfermedades hepáticas. Buettner señaló además que en la Zona Azul de Ikaria muelen el café muy fino y luego lo hierven, como el café turco. Este proceso libera otro tipo de antioxidantes.
“Así que puede haber un beneficio añadido por tomar el café así”, afirmó. Buettner añade que el café es la bebida preferida para despertarse en la Zona Azul de Cerdeña, pero en Costa Rica la gente tiende a beber mayores cantidades de café más flojo durante todo el día. “Se consume casi como cualquier otra bebida y no tanto como un estimulante”, comentó.
5. Agua
No hace falta decir que el agua es buena para la salud. Obviamente, el cuerpo la necesita y sólo puede sobrevivir sin ella unos tres días. Pero también es increíblemente saludable en comparación con la mayoría de las bebidas que se encuentran en los kioskos y supermercados, ya que no contiene azúcar, productos químicos ni aditivos.
En todas las Zonas Azules, según Buettner, la gente bebe agua con las comidas. Sospecha que el agua de estas zonas también puede ser más saludable que la de otros lugares. “Si le preguntas a un centenario qué explica la longevidad de la zona, te dirá que la buena comida, el aire limpio y el agua fresca”, expresó.
“Y puede que, efectivamente, el agua de las Zonas Azules sea más limpia”. De hecho, tener acceso a agua limpia es, por supuesto, un grave problema de bienestar en muchas partes del mundo.
En la Península de Nicoya o Costa Rica, el agua que burbujea de la Tierra también es muy rica en calcio y magnesio. “Cuando tienes altos niveles de calcio y sol, esos dos conspiran para que tus huesos sean más fuertes, por lo que la gente tiene menos fracturas y menos caídas mortales”, explicó.
“Y el magnesio es bueno para el funcionamiento del corazón. Así que eso puede contribuir en alguna pequeña parte a la longevidad en Nicoya”. Esta teoría tiene sentido si se tienen en cuenta los probados beneficios para la salud de beber agua mineral embotellada.
En su investigación de las Zonas Azules, Buettner encontró que hay personas longevas que toman vino. Pero admitió que es controvertido considerar al alcohol como beneficioso para la salud de cualquier manera.
Por un lado, se sabe que el vino tiene alto contenido en antioxidantes, y podría ser protector contra las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 e incluso algunas formas de cáncer.
Sin embargo, Buettner comentó: “Soy muy consciente de los recientes estudios en torno al alcohol que demuestran que aumenta la probabilidad de cáncer de mama en las mujeres, o que puede provocar caídas, accidentes de coche y otros sucesos mortales”.
Una nueva revisión científica, que fue publicada el año pasado en la revista BMC Public Health, señaló que hay evidencias sólidas que demuestran que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar seis tipos de cánceres: hígado, mama, esófago, colorrectal, boca y faringe, y laringe.
En América, se producen el 4% de todas las muertes por cáncer que son atribuibles al consumo de alcohol en el mundo. Recientemente se han desarrollado trabajos específicos en Chile y Brasil. Se encontró que en esos países es la tercera causa prevenible de incidencia y mortalidad por cáncer. Representa el 3,1% en Chile y el 4,5% en Brasil de todas las muertes por cáncer.