SANTO DOMINGO.- Pese a que el endurecimiento de las restricciones obligarán a suspender las celebraciones de Año Nuevo y obligarán a la población a cambiar sus planes, residentes del Gran Santo Domingo saludaron la decisión del gobierno, aunque algunos comerciantes temen a las pérdidas económicas.
Aunque los bailes y las fiestas en la calles, los fuegos pirotécnicos a media noche y la tradicional espera del primer amanecer en el malecón quedaron prohibidos, una parte de la población entiende la necesidad de estas restricciones y adecuarán sus festejos a la denominada “covidianidad”.
Jaquelin Suarez, residente dijo “si el toque de queda es a las 5 empezamos a beber a las 7 am nos desayunamos con un buchana como debe ser con una cervecita, no comemos un arrocito con lo que sea y ya luego uno se va en contrabando para su casa”.
“Yo creo que para celebrar vienen muchos días y si aquí nosotros nos llevamos de celebrar el país se va a ir a la ruina, EMPATE… Tenemos que tener paciencia que esto va a pasar”, expresó Magdalena Buré, residente.
Mientras Milagros Suero, comerciante, afirmó “que uno no celebre este año, no se va a morir, porque mira a cómo va esto, tenemos que cuidarnos”.
Además de preparar una cena similar a la del 24 de diciembre, algunos ciudadanos tienen previsto despedir este histórico 2020 en la intimidad de su hogares y con sus familiares más cercanos.
Dominga Ramírez, comerciante, puntualizó “jugar dominó, jugar con nuestros hijos, aprender a compartir con ellos, creo que es tiempo de compartir. No hay necesidad de estar en la calle”.
El disgusto fue evidente entre los comerciantes que esperaban con ansias estas fiestas para recuperarse de las pérdidas.
“Si uno, por lo menos pudiera estar hasta las 7 y bebiendo la bebida hasta las 6 por lo menos, ahí sí pero ya a las 4: 30 ya uno no va a poder vender”, señaló Juan Robles, comerciante.
Además del nuevo horario de toque de queda, las autoridades mantienen la prohibición a la venta de bebidas alcohólicas a partir de las 6 de la tarde.