1.- Nuevamente, una vez más, tenemos entre nosotros el inicio, el arranque, el estreno de un nuevo año en el calendario gregoriano, pautado con la presencia de Jesucristo en el planeta tierra.
2.- El nuevo año, tiempo que va a tomar la tierra en recorrer su órbita, debemos aprovecharlo, dominicanas y dominicanos, para hacer lo que es de utilidad, aquello que hace posible que se imponga lo productivo sobre lo estéril.
3.- Los que en el país procuramos comportarnos como activistas políticos y sociales, estamos en el deber de ocuparnos de hacer que desaparezca lo que es la politiquería, porque aparta al pueblo de su verdadera lucha.
4.- De los diferentes factores que han condicionado a las ciudadanas y a los ciudadanos dominicanos, a estar ausentes de la brega social, es porque están supeditados al quehacer politiquero, a intervenir en la política con bajezas, maquinaciones y cero integridad.
5.- Todo aquello que impide que el pueblo, las trabajadoras y los trabajadores hagan suya su propia causa, conspira, traba su desarrollo, su conciencia emancipadora. Le ata el statu quo.
6.- Hacer que las masas populares pierdan dinamismo, agilidad, presteza en el accionar; demandando, reclamando y de todas formas exigiendo, es condenarlas a estar quietas, inactivas, fuera del accionar reivindicador.
7.- Los oprimidos, aquellos que aquí están al margen del desarrollo humano, deben su miseria a que no se han integrado de manera unitaria a la lucha social, y han permanecido bajo el control político de los negociantes de la politiquería.
8.- Muchos de esos que hacen politiquería, mediante la utilización del dinero sucio del narcotráfico, son los que ponen a los marginados sociales a que les hagan legisladores, mientras los que sufragan continúan arrastrando pobreza.
9.- A la gente de a pie hay que hacerle saber que ese que le hace el regalito envenenado, persigue mantenerla arrodillada, entregada a sus aspiraciones electorales para que el que acepta el donativo permanezca siendo un pobre diablo.
10.- Proporcionar funditas; dar cajitas con comida; entregar los sobrecitos; pasar las manos; dar besos a distancia y repartir saludos desde una lujosa yipeta, todos no son más que puros señuelos para mediante trampas conseguir los votos de los pobres, de esos que llevan una existencia indigna.
11.- Hay que contrarrestar el engaño a los que no tienen una vida garantizada, oponiéndole la denuncia permanente; para diferenciarlo de la prédica política verdadera y certera. Encarar a los mentirosos del negocio politiquero.
12.- Porque los decentes dejamos el ambiente político nacional dominicano a los que hacen política para beneficio personal, nunca hemos conectado con la mujer y el hombre que ha estado con su voluntad política encadenada a las pretensiones insanas del politiquear.
13.- A esos conciudadanos que están equivocados, con la falsa creencia de que solo son merecedores de las dádivas de ocasión, hay que convencerles de que son acreedores por medio de su propio esfuerzo alcanzar todo lo que desean.
14.- Debe ser un trabajo político llevado a cabo de manera habitual, quitarle, sacar de la influencia del politiquero, a nuestros connacionales que hoy son cautivos de la politiquería, víctimas de los partidos del sistema.
15.- Así por así, como si nada, como quien no quiere la cosa, los politiqueros, hoy, son los dueños de las actividades de masas. Ellos hacen lo que les da la real gana, y todo sigue igual, de maravilla.
16.- Entonces, si no queremos que el pueblo siga en la politiquería e intervenga en la política, hay que bien orientarle para que abandone esas maniobras politiqueras, y se integre a la que lo lleva a liberarse, la actividad política y social.