Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo de mi buen amigo Sergio Espejo Yaksic, Vicepresidente Nacional del Partido Demócrata Cristiano de Chile y ex-ministro de Transportes y Telecomunicaciones titulado “Cómo alejar a los ciudadanos de la política”.
En la pieza, Sergio analiza los aspectos negativos de algunas situaciones que se han presentado en la actual pre-campaña electoral chilena. Por ejemplo, en el artículo declara que “la alianza de gobierno nos ha mostrado algunas de las peores facetas de la política, entregando aún más razones a las chilenas y chilenos para desconfiar y observar con distancia a quienes dicen representarlos en el sistema democrático.”
Ante la intención de los partidos Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente en su planteamiento de “olvido sin consecuencia”, Sergio asegura que no es posible porque “quienes defendemos el valor de la política e intentamos reconectar a ésta con los ciudadanos, nos hemos jugado a fondo por elegir a nuestros candidatos presidenciales en primarias abiertas y participativas. Hemos promovido el debate y hemos apostado por confrontar ideas con toda la claridad que sea posible.”
Mucho se ha escrito sobre las deficiencias de la democracia en América Latina y, al Sergio retratar situaciones cuestionables de la actualidad política chilena, se entiende la ironía del título “Cómo alejar a los ciudadanos de la política”. Y es cierto. Muchas veces en nuestros imperfectos sistemas parecería que el accionar de algunos políticos lo que busca es desacreditar la actividad política y darle la razón a aquellos ciudadanos que cada vez creen menos en la clase política.
Más yo pienso que existe una oportunidad para que nos preguntemos exactamente lo contrario ¿Cómo acercamos a los ciudadanos a la política? ¿Cuáles son las reformas éticas que requiere el accionar político?, no importa si se ejerce desde la administración del Estado o desde la oposición. ¿Cómo se recupera la fe del ciudadano en la capacidad que tienen la política y los políticos en procurar el bien superior de la nación por encima de los intereses individuales?
Es necesario promover la participación de la mayoría en el debate político, creando espacios que propicien la integración de la ciudadanía a la vida política de la nación. Para ello tenemos que salir cada día a dar lo mejor de cada uno de nosotros en cualquiera que sea el escenario que nos haya tocado.
Como políticos, estamos comprometidos con el bien común, con el bien de cada uno de las dominicanas y dominicanos, con hacerlo bien, para así poder construir de un lugar mejor, sencillamente representamos a la sociedad en la búsqueda de ese “bien común” y saber en todo momento que sin conexión no existe representación, no se cumple la misión.
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