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28 Abril 2024

Cómo brillará la luz a la salida del túnel

Algo parecido va a ocurrir cuando termine la pandemia, lo que esperamos suceda entre nosotros a finales del año. La gente, por no poder salir de sus hogares ha estado comprando y gastando lo mínimo.

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Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial se publicó un alarmante libro titulado: ¿Qué pasará si se declara la paz?, pues existía una gran preocupación de que, con la disminución de los gastos militares, la economía norteamericana volvería a la larga etapa recesiva de los años treinta. Pero pocos captaban que existía una enorme liquidez en los ahorros del público, invertidos en bonos de guerra, un ahorro forzoso, pues el racionamiento impedía consumir en bienes. Pero una vez se eliminó ese racionamiento y los productos estuvieron de nuevo disponibles, su consumo aumentó extraordinariamente y la economía creció con mucho vigor.

Algo parecido va a ocurrir cuando termine la pandemia, lo que esperamos suceda entre nosotros a finales del año. La gente, por no poder salir de sus hogares ha estado comprando y gastando lo mínimo. Existe pues una demanda latente que hará crecer la economía una vez estemos todos vacunados. Los dominicanos hemos estado pasando por la peor etapa, casi sin poder salir de las casas en un confinamiento obligatorio y el Estado ha tenido que subsidiar con enormes sumas a los muchos desempleados. Aun así, la devaluación y la inflación han sido bajas.

Con el final del proceso de vacunación todo cambiará y ocurrirá como en Estados Unidos a finales de la Segunda Guerra Mundial. Pero, además, el enorme paquete de estímulo de US$1.9 billones del presidente Biden logrará que la economía norteamericana obtenga su más alto crecimiento en décadas, lo que se reflejará en mayor demanda y mejores precios para las exportaciones dominicanas y, sobre todo, mucho mayor turismo y remesas. Estas últimas crecieron durante los dos primeros meses de este año en un extraordinario 31%. Lo anterior refleja, por el lado de la oferta, la aplicación de los subsidios salariales recibidos por  la diáspora dominicana para enviar más dinero a sus familias y, por el lado de la demanda, también refleja la necesidad de mayor ayuda para los familiares residentes en el país, pues han estado malpasando aún más de lo ya acostumbrado. También existe un espejismo, pues el dinero que se iba a gastar viajando al país, al no ser posible el traslado, se reflejó en mayores remesas y eso devino neutral en términos de balanza de pagos.

Más de un prestigioso economista está preocupado por el hecho de que la expansión del crédito, tanto en Europa como en Estados Unidos, incentivado aún más por los US$1.9 billones de la ley de Biden, estimulará la inflación, perjudicando a países como el nuestro. Para contrarrestarla los bancos centrales de los países industrializados bien puede que aumenten las tasas de interés, lo que haría más caros los futuros e inevitables bonos soberanos dominicanos. Por suerte, más de un 85% de nuestra deuda externa está a tasas de interés fijas.

Como se ve, al salir del túnel a finales del 2021 y ver la luz en el 2022, la situación de los dominicanos mejorará considerablemente. Pero nunca volveremos a las condiciones de hace año y medio pues demasiado cambió durante “el tranque”, el cual, comenzó en marzo del 2020 y coincidió con elecciones municipales y presidenciales. Muchos seguirán trabajando para la oficina, aunque sea parcialmente, desde el hogar. Otros conocieron las bellezas y facilidades de nuestro turismo interno y de nuestra ciudad colonial.

Pero también y muy lamentablemente, muchos niños, adolescentes y estudiantes universitarios perdieron un año y medio de clases. Campesinos no lograron colocar sus cosechas al desaparecer la demanda de comida en los hoteles de turistas. Innumerables negocios cerraron para no abrir. Miles de personas simplemente perdieron sus empleos. En exceso de tres mil han muerto hasta ahora trágicamente, sin la presencia de familiares y amigos, y rodeados tan solo de médicos y enfermeras. Fueron velados y enterrados con muy pocos dolientes. Los viejos recordamos cómo eran las cosas durante “la Era” y todos los sobrevivientes ahora recordarán los días de la pandemia y notarán cuán diferente será la luz a la salida del largo y oscuro túnel.

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