REDACCIÓN.- La economía está creciendo a cinco, la inflación es muy baja, hay mucho turismo y remesas, inversión extranjera, pero algo está pasando. No estamos viendo obras públicas, nuevas inversiones que se requieran, y tienes razón, comenta Bernardo Vega en su segmento de El Despertador.
Y es que, durante los gobiernos de Balaguer, por ejemplo, la mitad de todo lo que se recaudaba se gastaba en obras públicas, y solamente el 50% en gastos corridos.
Pero, hoy en día, apenas un 15% de todo lo que se recauda va a inversiones públicas, a obras públicas, carreteras, caminos, etc. Y el 85% en gastos corridos. ¿Y por qué es eso? Bueno, es que desde los tiempos de Leonel Fernández, Danilo Medina y Jorge Luis Gavín Ader, la nómina ha aumentado mucho porque hay que poner compañeritos para que voten por el partido cuando vengan las elecciones.
Pero además de una nómina excesiva, resulta ser que el sector eléctrico es un desastre, y hay que dar un enorme subsidio porque la gente recibe la luz sin apagones, pero no la paga, y no hay contadores con que medir. Y eso es una enorme pérdida para el gobierno con un gasto corrido. Pero además, desde hace 20 o 30 años, el país tiene un déficit presupuestal que se financia con endeudamiento extranjero y local, y ya los intereses representan un 23% de todo lo que se paga en limpio.
Agréguense eso, los subsidios que se establecieron cuando el COVID, y ya no hay COVID, pero se metieron los subsidios, las famosas tarjetas, pues todo eso son gastos corrientes de subsidios. Agréguense eso que la gasolina y la electricidad se venden por debajo de su costo. Otro subsidio, y no hay con qué hacerlo.
¿Y cuál es la solución? Mire, para nosotros la solución es que ante la incapacidad política del gobierno de hacer una reforma tributaria, tienen que buscar otras fuentes de ingresos para que haya más inversión pública. Mire, si el Estado vendiera, digamos, el 40% de sus acciones en las Catalinas, para que esa empresa sea manejada por una empresa extranjera con experiencia y no tenga que llamarse a Palacio tres veces al día para recibir instrucciones. Si la refinería de petróleo, donde apenas un 30% se refina, el resto, el 70%, simplemente se importa, se almacena y se revende.
Si se vendieran al sector privado extranjero, el aeropuerto de Punta Caucedo y el de Puerto Plata. Y puedo seguir, bueno, está el ingenio de Badajona, está el ingenio de San Pedro de Macorís. En fin, hay toda una cantidad de empresas estatales cuyo dinero podría dedicarse de inmediato, por ejemplo, a comprar los contadores que se necesitan para que la gente pague la luz.
Es decir, la solución al problema viene de la venta de las acciones de empresas del Estado para entonces disminuir las pérdidas del sector eléctrico. También, todos esos recursos podrían dedicarse al problema enorme de transporte público. El tren de Santo Domingo a Caucedo, el Transvía por Independencia, el ferrocarril, el metro que iría de Los Alcarrizos a Jaina, el tren de Santiago, etcétera.
Todo eso podría financiarse con esos recursos si aparecen y hay formas de que aparezcan. Es decir, hay soluciones que no implican más esfuerzos. Habría que buscarlo en la venta de empresas estatales para que se enfrente a todas esas necesidades de obras públicas tan importantes en estos momentos.
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