¿Cómo el trato de Juan Soto con los Mets transforma el béisbol?

Redacción.- Quince años, 765 millones de dólares, sin dinero diferido. Estas son las cifras del contrato de Juan Soto con los Mets de Nueva York, acordado el domingo por la noche, un acuerdo que establece un nuevo estándar como el contrato más grande en la historia del deporte profesional.

Este contrato cuenta la historia de un fenómeno del béisbol originario de la República Dominicana, que llegó a las Grandes Ligas a los 19 años, brilló desde el principio y apostó por sí mismo al rechazar una oferta de 440 millones de dólares hace dos años. Ahora, Soto alcanza una cifra récord tanto en dólares como en años, recordando al mundo deportivo las posibilidades infinitas cuando el talento excepcional se combina con un mercado libre.

Sin embargo, esta no es solo la historia de Soto. También es la historia de los Mets, una franquicia que, durante sus 63 años de existencia, ha vivido a la sombra de su vecino más reconocido, los Yankes. Pero esa narrativa está cambiando. Ahora, con este contrato, los Mets han demostrado ser un equipo dispuesto a competir al máximo nivel, arrebatándole a los Yankees un jugador clave que fue determinante para llevarlos a la Serie Mundial en 2024.

Piénsalo por un momento: un exjugador de los Yankees eligió ser un Met. Y no cualquier jugador, sino uno al que los Yankees estaban dispuestos a ofrecer 700 millones de dólares por 15 temporadas.

El contrato de Soto no solo supera el acuerdo de Shohei Ohtani con los Dodgers de Los Ángeles, sino también el de Lionel Messi con el Barcelona y el de Patrick Mahomes con los Kansas City Chiefs. Es un contrato que redefine lo que un equipo puede lograr en el mercado de agentes libres.

Este logro tiene un nombre detrás: Steve Cohen. Desde que compró a los Mets en 2020, Cohen ha transformado a la franquicia, pasando de ser un equipo mediocre a convertirse en una potencia con aspiraciones serias.

Aunque los primeros años de su gestión estuvieron marcados por fracasos, las decisiones estratégicas recientes, como la extensión de Francisco Lindor, la contratación de David Stearns como presidente de operaciones y de Carlos Mendoza como mánager, han cimentado una nueva cultura en el equipo.

El fichaje de Soto representa el próximo paso en esta evolución. Aunque los Mets aún no son campeones —su avance a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional este año requirió algo de suerte—, ahora tienen una base sólida y una visión a largo plazo, apuntando a la gloria no solo en 2025, sino durante toda la duración del contrato de Soto.

Con una alineación encabezada por Lindor, Soto y la joven promesa Mark Vientos, los Mets están listos para competir con los mejores, incluidos los Dodgers, actuales campeones de la Serie Mundial. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer, especialmente en la construcción de profundidad en su sistema de ligas menores y en su rotación de lanzadores.

El contrato de Soto también marca un cambio generacional en los estándares del béisbol. Su agente, Scott Boras, logró este acuerdo en las Reuniones de Invierno, casi 24 años después de haber negociado el histórico contrato de Alex Rodríguez con los Rangers de Texas. Ese acuerdo, que entonces duplicó el récord de la MLB, mantuvo su posición durante años, pero ahora queda eclipsado por el de Soto.

Con este movimiento, los Mets han enviado un mensaje claro: están construyendo algo grande. Y mientras sus rivales directos, como los Bravos de Atlanta y los Filis de Filadelfia, siguen siendo fuertes contendientes, el contrato de Soto simboliza una nueva era para los Mets, una era de ambición y grandeza.

Como dice el dicho: sube al tren antes de que el tren 7 salga de la estación.