MÉXICO.- Un lugar «sórdido» con pequeñas celdas, provistas de puertas metálicas que se sellan de manera electrónica y adentro apenas hay muebles. Así describe un ex reo de la cárcel federal del Altiplano en México, la celda de la que logró fugarse el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Según el exprisionero Flavio Sosa, en estas pequeñas celdas de 2,5 por 3 metros del penal del Altiplano, «el reo permanece en una especie de jaula que le permite al custodio tener un pasillo para acercarle la comida», publica Univisión. Como muebles sólo hay una mesa, una cama, un lavabo y un retrete a ras del suelo.
Sosa, exlíder de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, permaneció desde 2006 en la zona exclusiva destinada para los presos más peligrosos y que se caracteriza por tener las medidas de seguridad más extremas. Se llama zona de Tratamientos Especiales, donde también se encontraba recluido Joaquín Guzmán Loera.
Los internos de estas áreas especiales no tienen acceso a los comedores, aulas, instalaciones para el deporte y el esparcimiento. Básicamente, pasan 23 horas al día en sus celdas y la única hora en que salen se dirigen a otro espacio cerrado acompañados de al menos dos custodios.
Según las imágenes que fueron reveladas por la Comisión Nacional de Seguridad, el espacio del capo mexicano era muy similar al del activista: con muros y muebles de concreto, cámaras de vigilancia y una pequeña barda que separa el área de la regadera, la única zona que no podía captar la cámara si el recluso se agachaba. Sin embargo, Sosa asegura que el protocolo de seguridad que incluye inspecciones aleatorias tres veces al mes haría imposible no detectar allí un hueco.
Fuente: RT en Español