Como México no hay dos

Clave importante de la estabilidad política en México, desde que la Revolución de 1910 parió institucionalidad en 1923, es que los ex presidentes no tienen vela en ningún entierro; ni pueden hacer campaña y ni siquiera ser líderes de su partido. Ellos simplemente guardan silencio en bien de quien gobierne, sin que eso les reste respetabilidad y reconocimiento de sus méritos. (A ninguno jamás se le podría ocurrir hacer de Santicló para buscar votos repartiendo pendejadas en diciembre. Porque en México sí quedó establecido que sólo se puede ser presidente una vez, y después pa’l carajo).