Realmente ha levantado una opinión generalizada el “supuesto” aumento a policías y militares en general. Todos sabemos los sueldos lujosos que devengan funcionarios, diputados y senadores con sus presidentes en ambas cámaras. Basta con poner un solo ejemplo: los que ganan un millón se llevan en sus manos el sueldo de mil trescientos policías rasos. Y cuantos ganan un millón o más en estos momentos?
Esto señores es un escándalo, es un abuso. Mientras el funcionario esta con una oficina avituallado de un todo. El raso, el guardia, se encuentra en la calle pasando agua, sol y sereno, teniendo que pedirle a los civiles para poder comer. El chào del guardia, según escuche esta mañana en un programa de televisión, consiste en arroz con coditos al medio día y coditos de cena, y cuál es la proteína?. Esas personas que están en las calles expuestos a que los maten en cualquier momento como a diario nuestros medios de comunicación nos informan. Pueden ser captados como vigilantes, o mulas, o sicarios. Muchas veces alquilan su arma de reglamento porque no tienen con que mantener sus hijos.
Me dio pena ver al amigo relacionador público de la policía decir que no había malestar en la institución por el aumento de mil pesos al sueldo, todo lo contrario, había alegría en todos ellos. ¿Cómo pretende que creamos, amigo coronel Moquete, que una persona se va alegrar por seguir en la misma miseria y hambre ahora con tan solo mil pesos más a su humilde sueldo?
Yo quisiera ser el primer defensor de las medidas que en favor de esta institución del orden y la patria cedieran. Siguen todavía igual que ayer apretando la tuerca. ¿Hasta dónde la piensan apretar? Mientras esto sucede se gastan millones, dije millones, en elecciones partidarias.
¿Y porque ningún amigo periodista habla de esto y toca este punto?
Recuerden ustedes que tienen la obligación de decir verdades, no rumores, verdades como las que aquí se está diciendo.
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