SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Estamos frente a un panorama sumamente preocupante, porque miembros del Ministerio Público pierden credibilidad y en lugar de luchar contra el crimen con la ley en la mano, se prestan para cometer acciones ilegales que de forma insólita son de hecho ignoradas o apañadas por algunos jueces.
Como muestra penosa y palpable de esa debilidad institucional, que perjudica la imagen e integridad de todo el estamento judicial, está el caso del fiscal de San José de Ocoa, José Miguel Cuevas, que fue captado en un video mientras plantaba evidencia comprometedora a un supuesto narcotraficante.
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A pesar de esta reveladora prueba de un acto a todas luces ilícito y bochornoso por parte de una autoridad y ante un escándalo que ha copado la atención en medios y en las redes sociales, el magistrado Milton Estenio Castillo se negó a emitir una orden de arresto para que el fiscal fuera procesado, este martes.
Cuando aún no salía de su asombro por el comportamiento de Cuevas, la ciudadanía sensata, que espera que la autoridad observe los debidos procesos de ley, se vio nuevamente estremecida por la irresponsable decisión del juez, lo que ha provocado fuertes críticas y reacciones de condena e indignación.
Constituye una burla ante la justicia y el país en general que este fiscal este durmiendo tranquilamente en su casa, como si nada hubiera pasado, pese a la grave falta en que ha incurrido, según se aprecia claramente en el video citado.
Otro juez que, aparentemente, a diferencia de Castillo se encaminaba a facilitar que Cuevas fuera sometido a la acción de la justicia, fue recusado para dar largas al asunto, ya que ahora la consecuente inhibición del magistrado pone en manos de una corte de apelación la asignación de otro magistrado judicial.
La forma sospechosa con que se ha manejado este caso tiene otras implicaciones, ya que da pie a pensar que tienen fundamento las denuncias cada vez más frecuente de que agentes antinarcóticos y de otras instancias colocan droga para justificar apresamientos y acciones arbitrarias.
Como advirtiera con certeza el procurador Francisco Domínguez Brito, si los actores del sistema de justicia no envían un mensaje claro de que cada delito tiene sus consecuencias, entonces gana la impunidad. Y el sentimiento de desprotección crece en la población, agregamos nosotros.