Causa espanto que la PEPCA, que combate la corrupción, asegure que nuestro sistema judicial no está preparado para casos complejos como los que instruye o procesa desde 2020. El fiscal Wilson Camacho habló tras la liberación de prisión preventiva de Alexis Medina, del caso “Antipulpo”.
La complejidad, que en códigos legales posee otra definición jurídica, es la cualidad de una unidad ser compleja por integrarla partes vinculadas. Su sinónimo es complicado o sea enmarañado y difícil.
Los procesos judiciales comenzados hace dos años son un notable empeño del presidente Abinader por adecentar la política y el gobierno. Difícilmente tendrán un final feliz si su magnitud supera la capacidad de los fiscales (que no de la Justicia como alega Camacho). Es pésima excusa quejarse de falta de espacio porque implique 48 personas, ocho instituciones y más de 400 testigos; difícilmente cada uno tenga algo distinto que declarar. Si fuese necesario, que usen un estadio.
Tanto acicaló Lucifer a su hijo que lo dejó tuerto; la Justicia vendada e “independiente” ojalá tenga distintos padres.
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