REDACCIÓN INTERNACIONAL.– La comunidad LGTBI de Irak es víctima de actos de violencia extrema, que incluyen asesinatos, secuestros, tortura y abusos sexuales, por parte de Policía y grupos armados como las milicias de Movilización Popular, integradas ‘de facto» en las Fuerzas Armadas iraquíes, denunció este miércoles Human Rights Watch (HRW).
«Las personas LGTB iraquíes viven en constante temor de ser atrapadas y asesinadas impunemente por grupos armados, así como de sufrir arrestos y violencia por la policía iraquí, haciendo sus vidas invivibles», aseguró Rasha Younes, investigadora en materia de derechos LGTB de HRW, según un comunicado de la organización.
Esta publicó el informe «Todos me quieren muerto: asesinatos, secuestros, tortura y violencia sexual contra las personas LGTB por grupos armados en Irak», en el que se relatan los abusos cometidos en distintos ámbitos que sufre esta comunidad.
Para elaborarlo Human Rights Watch entrevistó a 54 iraquíes LGTB que había sufrido violencia por razón de sus preferencias sexuales y documentó ocho casos de secuestro, ocho de intento de asesinato, cuatro asesinatos extrajudiciales, 27 casos de violencia sexual, 45 de amenazas de muerte y de violación, y 42 de acoso online cometidos por miembros de grupos armados.
La ONG destacó que también identificó entre las víctimas a ocho menores que habían sufrido detenciones arbitrarias y violencia sexual a manos de grupos armados y actores estatales.
Entre los testimonios que recaba está el de una mujer transgénero de 31 años que fue asaltada en Bagdad por seis hombres que le cortaron y pincharon por todo el cuerpo con una cuchilla y un destornillador y la acabaron rociando en gasolina y prendiéndole fuego.
O el de un hombre homosexual de 27 años que presenció, también en la capital iraquí, como cuatro miembros de un grupo armado torturaban y mataban de cinco disparos a su novio.
HRW identificó a varios de estos grupos armados que pululan por Irak y destacó que muchos de ellos pertenecen a la Movilización Popular.
Esta integra a varias milicias mayoritariamente chiíes y proiraníes que jugaron un papel importante en la derrota del grupo terrorista Estado Islámico en Irak y ahora colaboran con las fuerzas armadas y «están nominalmente bajo la autoridad del primer ministro», apuntó la organización de derechos humanos.
Según el informe la inclusión en el Código Penal iraquí de crímenes contra la «moralidad» vagamente definidos y la ausencia de una legislación y un sistema de denuncias que les proteja «ha creado un ambiente en el que actores armados gubernamentales, incluida la policía, puede abusar impunemente de las personas LGTB»