¿Cuánto se tardó en elegir a los papa en diversos Cónclaves?

La respuesta varía según la historia: ha habido elecciones rapidísimas y otras que se extendieron durante meses.

Descubre la historia de los cónclaves papales, desde elecciones rápidas como la de Francisco hasta el maratón de casi 3 años del Cónclave de 1268-1271.


Redacción.- Cada vez que la silla de San Pedro queda vacante, ya sea por muerte o renuncia del Papa, comienza el Cónclave, el proceso secreto en el que los cardenales eligen a su sucesor.


Uno de los aspectos que más curiosidad genera es cuánto tiempo tarda el Colegio Cardenalicio en ponerse de acuerdo. La respuesta varía según la historia: ha habido elecciones rapidísimas y otras que se extendieron durante meses.

La duración del Cónclave de Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II


En tiempos modernos, los cónclaves suelen resolverse en pocos días. Por ejemplo, el Papa Francisco fue elegido en apenas dos días (13 de marzo de 2013), al igual que Benedicto XVI en 2005.

Papa Francisco

Papa Benedicto XVI


Juan Pablo II también fue elegido rápidamente: dos días después del inicio del cónclave, el 16 de octubre de 1978. Esto es posible gracias a una regla que permite cuatro votaciones por día, lo que acelera el proceso.

Papa Juan Pablo II

El Cónclave más largo de la historia


En el extremo opuesto, el cónclave más largo de la historia fue el de 1268-1271, que duró casi tres años. Los cardenales reunidos en Viterbo no lograban llegar a un consenso, y las autoridades locales incluso les cortaron el techo y redujeron sus raciones de comida para forzar una decisión.

Papa Gregorio X


Finalmente, eligieron al Papa Gregorio X. Este episodio fue tan extremo que dio origen a reformas que regulan hoy el funcionamiento del Cónclave.

El Cónclave más corto de la historia


El récord del Cónclave más corto se atribuye al de 1503, en el que fue elegido Pío III en menos de diez horas, aunque su papado duró solo 26 días.

Papa Pío III


La duración del cónclave depende de muchos factores: el clima político, las tensiones internas del Vaticano y, sobre todo, el perfil del candidato. Pero para los fieles de todo el mundo, lo importante es que, tras cada humo blanco, haya una nueva guía espiritual para la Iglesia.