Hace unos días llegué a Suiza. De inmediato me enteré que el Congreso Nacional de esta hermosa nación europea, está debatiendo un problema que no ha bastado que el gobierno y los congresistas estén de acuerdo en la solución, sino que requiere la opinión directa del pueblo, mediante el voto. ¿Cuál es el problema? Decidir si prohíben o no, quitar los cuernos (cachos) a las vacas, toros y cabras.
La inquietud la originó un campesino. Considera que no deben quitarle los cuernos a las vacas, toros y cabras porque le ocasionan muchos sufrimientos: los operan, sangran, mutilan, entristecen, eliminan un medio de comunicación, etc. El aldeano fue apoyado por más de 110 mil personas quienes escribieron al Congreso, solicitando legislar a favor de dejarles los cuernos. El gobierno y los congresistas apoyan eliminarlos. Dicen que requieren más espacios en los establos y resultan costosos, pero como el pueblo es quien manda. Decidieron consultarlo.
Varias veces he visitado esta bella y bien organizada nación y algunas veces he coincidido con elecciones. El procedimiento es básicamente el mismo: envían a los hogares los votos, instrucciones, posiciones de los partidos políticos, etc. Así el ciudadano, bien informado y en libertad, procede a votar y enviar por correo u otro medio, su voto.
Los votos relativos a la eliminación o no, de los cachos en toros, vacas y cabras, los contarán el 25 de este mes de noviembre. Representantes de los diferentes partidos políticos u otros organismos, procederán a hacerlo. Veremos el resultado.
En este momento, parecería que los suizos no prestan atención a la llegada del otoño: nieve a destiempo, frío intenso, lluvia ligera, cambio de colores de las hojas en árboles ¡Están concentrados en que hacer con los cuernos de las vacas, toros y cabras!
He visto por TV un interesante panel analizando el tema, con la participación del Ministro de Agricultura, psicólogos de animales, veterinarios, campesinos, etc. También en los hogares y clubes sociales se reúnen a ponderarlo. Lo hacen con más sobriedad que la cuestión de primarias abiertas o cerradas en mi país.
Suiza es una nación institucionalizada; se rige con criterios normativos. Si deciden que los cuernos deben dejárselos a los animales, nadie intentaría quitárselos, pues recibiría el repudio del pueblo y el peso de la ley. Los suizos no solo promulgan leyes, las respetan y no hay impunidad para quien las viola.