REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La mayoría de las veces tendemos a sufrir, en exceso, por situaciones que se escapan totalmente a nuestro control, llegando incluso a ser incapaces de aceptar la realidad.
Como sabemos, el hecho de sentirnos bien o mal lo va a determinar la manera en la cual afrontemos los hechos. Creo recordar que alguien dijo: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Por lo tanto, está en nuestra mano decidir cuánto y cómo queremos sufrir. Solo tenemos que interiorizar que el mundo es un lugar incierto y que no tenemos el control sobre la mayoría de las cosas que nos van a pasar. Esto forma parte del juego de la vida.
Muchos pensamos que tenemos el derecho y el deber de quejarnos, de llorar, de patalear, y de enfadarnos con el mundo cuando algo sale mal; y que si no actuáramos así incluso los demás nos considerarían débiles.
En el siguiente vídeo rodado en Medellín, “la ciudad de la eterna primavera”, Miguel Restrepo, nos explica que tuvo que abandonar su trabajo como reciclador de basuras a causa de una enfermedad pulmonar, que quizás le produjeron los residuos tóxicos que se había visto obligado a respirar durante años.
Aunque vive en una alcantarilla, nos confía: “Aquí el tiempo es bueno y la gente nos quiere mucho”. Él y su compañera, dicen sentirse cómodos en su “apartamento”.
Conoce al anciano que asegura que no cambiaría su alcantarilla por ninguna otra vivienda porque, afirma, vivir: “Mejor que el presidente”.
Fuente: m.videostory.bles.com