REDACCIÓN.- Trascurrieron dos años desde el inefable y atroz crimen que le costó la vida a la joven Magdalena Aguilar Romero, de 28 años, y aún continúa prófugo César Gómez Arciniega, su expareja y uno de sus femicidas.
Magdalena Aguilar Romero tenía 28 años, trabajaba en un centro de salud del municipio de Taxco de Alarcón, al norte del estado de Guerrero, en México, y era madre de un niño de seis años y una niña de cuatro. Era una mujer luchadora, trabajadora y como muchas mujeres había sido víctima de la violencia machista de su pareja, en su caso de César Gómez Arciniega, hasta que con el apoyo de su familia logró escapar junto a sus hijos.
Sin embargo, el horror que debió padecer entre 2011 y 2014 al lado de Gómez Arciniega no solo la persiguió, sino que, al alcanzarla ese fatídico sábado 13 de enero de 2018, cuando fue a recoger a sus dos pequeños hijos a la calle Tercera de Guadalupe, en el barrio de Los Adobes donde vivía su verdugo y padre de los niños.
Nadie podría imaginar que esta joven mujer terminaría muerta y repartida en una olla de peltre y otras de las partes de su cuerpo en un refrigerador al lado del pozole que en esa casa vendían. Fue asesinada, desmembrada y cocinada en chili rojo por su exesposo César Gómez Arciniega y su exsuegra Silvia Arciniega y sus hijos presenciaron el horror.
El monstruoso criminal, César Gómez Arciniega se fugó y lo que resulta inconcebible, sigue prófugo. El bestial hombre huyó dejando atrás a su progenitora y cómplice, Silvia Arciniega quien fue juzgada y condenada en principio a 40 años de cárcel. Si fue capaz de matar, desmembrar y cocinar a su exesposa y madre de sus hijos, era lógico que Gómez Arciniega no tuviera ningún empacho en abandonar a su madre para que pasara el resto de su vida en prisión.
Las autoridades de Guerrero ofrecieron una recompensa de 500,000 pesos (U$ 26.795,67) a quien ofrezca información que permita localizar y detener a César Gómez Arciniega, el brutal femicida de Magdalena Aguilar Romero, sin embargo, pese al tiempo trascurrido no se ha vuelto a difundir la ficha de búsqueda y, en forma extraña no aparece solicitud de búsqueda ante la Interpol. Otra vez el sistema parece cómplice de los femicidas.
Tras dos años de cometido el crimen de Magdalena Aguilar Romero, el pueblo de Guerrero y de México continúa exigiendo justicia. El horror debe parar.