Redacción.- Con el fallecimiento de la reina Isabel II a sus 96 años y su permanencia en el trono por siete décadas, deja un legado invaluable para la Familia Real y también un patrimonio multimillonario.
No obstante, según Forbes la fortuna personal de la monarca ascendía en unos 500 millones de dólares, entre especies como joyas, caballos, colecciones de arte y dos propiedades que heredó, el Castillo de Balmoral y la Casa Sandringham en Norfolk.
A esa cifra, se suma la mayor parte de las riquezas concentradas en la Monarquía Británica, cifrada en 18.000 millones de libras esterlinas, la que será traspasada al nuevo rey Carlos III y a su hijo, el príncipe William. De esta manera, pasarán a ser hombres aún más ricos.
El príncipe William, al pasar a la primera línea de sucesión, acaba de heredar la propiedad privada del Ducado de Cornualles, que tiene 685 años de antigüedad y que tiene un valor de alrededor de 1 mil millones de euros, de acuerdo a CNN Business.
En tanto, el mismo medio señala que “la porción más grande” de la fortuna familiar, ahora le pertenecerá al primogénito de Isabel II, Carlos, con la adquisición del Crown Estate avaluado en 16,500 millones de euros
Además, el rey heredará la propiedad privada del Ducado de Lancaster, valorada en unos 764 millones de dólares.
Pese a estas altas cifras de la herencia, el rey Carlos III y el príncipe William tienes restricciones para hacer beneficio personal de esta fortuna y se les regula cuánto pueden gastar de la Subvención Soberana.
Cabe señalar, que las demás especies serán entregadas en primera instancia entre los cuatro hijos de la reina y luego vendrían los hijos del actual rey, William y Harry.