SANTO DOMINGO.- Sin conocimientos ni de carpintería ni de corte y confección, pero con muchas ganas de salir adelante e impulsar una mejor vida para su hijo en medio de la crisis económica provocada por la pandemia, una joven madre de La Romana, incursionó en el mundo de la tapicería y hoy ya cuenta con clientes que le piden sofisticados diseños para decorar sus hogares.