Redacción.- «Poco espacio para la esperanza», el Consejo de Seguridad de la ONU mostró su preocupación sobre la situación humanitaria en Afganistán, sobre todo de las mujeres, así como por la crisis económica que atraviesa el país desde que los talibanes tomaron el poder el año pasado
Ferit Hoxha, presidente del Consejo de Seguridad durante junio y representante permanente de Albania ante las Naciones Unidas, señaló que desde la toma de los talibanes «la economía del país ha estado en caída libre», ya que «se contrajo más de un tercio en comparación con el mismo período del año pasado» y que la que antes era clase media ahora vive con solo una comida al día.
La reunión de tres horas empezó con un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de magnitud 5,9 que sacudió ayer el este de Afganistán y que ha dejado, según los últimos datos, más de mil muertos y otros 1.500 heridos.
Hoxha también anotó que este sismo seguramente empeore aún más la economía de Afganistán.
«Los talibanes tampoco han logrado reprimir al Estado Islámico. Ha habido bombardeos persistentes contra civiles», señaló el presidente, quien añadió que la hoja de ruta del país va hacia el «fanatismo» y la «misoginia».
«Un sistema que excluye a las mujeres y su talento no puede resistir, no avanzará», destacó.
Una de las voces que relató la realidad afgana en primera persona en este Consejo de Seguridad fue la periodista Yalda Hakim, que recalcó que Afganistán es ahora el único país del mundo donde a las niñas se les impide recibir una educación, pues «se las excluye de sus aulas, simplemente por su género».
«Hoy se cumplen 279 días desde que los talibanes prohibieron a las adolescentes ir a la escuela», anotó la corresponsal de la BBC.
Por su parte, el representante especial adjunto, coordinador residente y humanitario para Afganistán, Ramiz Alakbarov, apuntó que esta discriminación hacia las mujeres se traduce en grandes costes económicos e «incalculables costos psicológicos» para el país.