PUERTO RICO.- Los expertos en autismo en Puerto Rico consideran apremiante el regreso a las aulas de forma presencial de los menores que padecen este trastorno neurobiológico que afecta a uno de cada 62 nacidos en la isla.
«Necesitamos regresar de manera presencial y darle la oportunidad a este grupo reducido, porque hay mínimo riesgo de contagio», señaló a Efe Iris Pons, analista de conducta y psicóloga clínica que atiende a niños autistas.
Pons, a su vez, aseguró que la crisis en las familias por la situación académica, física y mental de los niños autistas «se ha agravado» durante la pandemia de la Covid-19.
Según explicó Pons, debido a que estos niños necesitan un programa individualizado con un maestro y las escuelas siguen cerradas, dicha función pedagógica le ha tocado a los padres, muchos de los cuales trabajan de forma remota en sus casas.
Deterioro familiar
«Se ha observado mucho deterioro familiar. Muchos niños con mucha depresión, ansiedad e infligiéndose daños ellos mismos», indicó Pons.
Por todo esto, aseguró que «ahora resurgirá una pandemia emocional».
«Aún no estamos viendo los efectos de lo que es la pandemia», lamentó Pons, trabajadora en Starbright Academy, instituto en Ponce -sur-, donde se tratan a niños con autismo, síndrome de Down, problemas de conducta y déficit de atención.
Actualmente, Starbright Academy cuenta con 80 maestros para atender a 125 estudiantes de municipios tan lejanos de Ponce como Mayagüez, en el oeste, y Guaynabo, aledaño a San Juan, indicó Pons.
Allí, según aseguró, no existen salones con grupos de estudiantes como en cualquier escuela, sino que el formato es el de un maestro con un estudiante, por lo que el riesgo de contagio de la Covid-19 «es mínimo», agregó.
A pesar de ello, la administración del instituto tuvo que acatar la orden ejecutiva del cierre de las escuelas.
«En este caso, las escuelas de educación especial cuentan con salones de entre cuatro a cinco niños, no más, y el riesgo es de contagio es mínimo», agregó.
Maestros visitan estudiantes
Algunos maestros de este instituto académico han visitado las residencias de sus estudiantes para ayudar a los padres o tutores a darles sus cursos.
El autismo es un trastorno neurobiológico que aparece aislado o en conjunto con otros trastornos biomédicos que afectan a la función cerebral, tales como infecciones virales, perturbaciones metabólicas y gastrointestinales.
Este trastorno interfiere con la capacidad de aprender, comunicar y socializar, lo que provoca frecuentemente aislamiento.
El autismo afecta a cuatro de cada 10.000 personas, aunque esa cifra varía en función del criterio de clasificación utilizado y la incidencia es tres veces mayor en varones que en niñas.
Y según aseguró Pons, la proporción de que uno de cada 62 nacidos en Puerto Rico es diagnosticado con autismo disminuirá con el paso de los años.
Por su parte, la psicóloga clínica Ángeles Acosta, con casi 30 años de experiencia atendiendo a niños con autismo, indicó a Efe que los niños con autismo necesitan regresar a la escuela, pero solo cuando sea seguro.
Se adapta la educación
Mientras, la educación virtual que los niños autistas se han tenido que adaptar desde sus residencias por el cierre de las escuelas.
Ante ello, recomendó establecer con ellos unas rutinas diarias, como cocinar juntos, jugar, cantar, escuchar música, ir al patio a brincar y saltar, leer cuentos, entre otras actividades.
«El ejercicio físico se ha convertido en una estrategia, porque disminuye la ansiedad y los posibles síntomas de depresión», afirmó.