SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El artículo 134 de la Constitución deja claro que los Ministerios están para despachar los asuntos del gobierno y se supone que la prioridad de cualquier gobierno debe ser el servicio a los ciudadanos.
Por lo tanto, es realmente incoherente que se la pongan en china a la población para contactar a sus autoridades u obtener alguna información de su interés por teléfono.
El equipo del Informe, cansado de tener que enviar mensajeros con una celular, para poder comunicarnos con diversas oficinas gubernamentales, decidimos poner a prueba el sistema telefónico.
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Lo que encontramos de grima. Cuando no eran transferencias como un juego de ping pong, eran llamadas que se caían, o sencillamente largas esperas, como en el caso del Ministerio de Educación, donde esperamos 28 minutos con una música que casi nos hace dormir, si no fuese porque al final la llamada se cayó.
¿Quién le pone el cascabel al gato? En otro ministerio donde encontramos en nómina a 22 recepcionistas nombradas con salarios de 5 a 25 mil pesos mensuales, nunca pudimos comunicarnos.
El colmo es que en una de las instituciones, a tal punto llegó nuestra indignación, que la encargada de relaciones públicas me llamó personalmente a decirme que siempre está disponible en su celular. Se lo agradezco infinitamente, pero la población en general no disfruta de ese acceso privilegiado, solo tiene cuenta con el teléfono regular, uno donde no le cueste la llamada. Dicho sea de paso, esas cuentas telefónicas de todas las instituciones públicas, que de pequeñas nada tienen, se pagan de los impuestos de los contribuyentes, sí todos nosotros. Esto da pena y vergüenza y, lo que es peor, nada pasa, nadie actúa para corregir este desorden.