Covid-19, la pandemia que ha democratizado la salud mental

Esta pandemia ha causado verdaderos estragos,  ha llevado al límite del dolor y de la paciencia, ha hecho sentir miedo, ha separado de los nuestros y se ha llevado por delante millones de vidas de personas que, en muchos casos, murieron en soledad.

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- “La salud mental de la población española ha caído en picado durante la pandemia y debajo no hay red”, afirma Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España quien considera que esta crisis sanitaria ha venido a “democratizar la salud mental” al poner de manifiesto la fragilidad emocional del ser humano

En un artículo para EFEsalud, el presidente de Salud Mental España demanda mayor inversión, políticas y medidas porque prestar atención a la salud mental “es más urgente que nunca” ante esta pandemia de covid-19.

Covid-19, la pandemia que ha democratizado la salud mental

Artículo de  Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España

Esta pandemia ha causado verdaderos estragos,  ha llevado al límite del dolor y de la paciencia, ha hecho sentir miedo, ha separado de los nuestros y se ha llevado por delante millones de vidas de personas que, en muchos casos, murieron en soledad.

Pero, además, esta situación que hemos y seguimos viviendo ha puesto de manifiesto la fragilidad emocional del ser humano, lo expuestos que estamos todos y cada uno de nosotros a pasar por un problema de salud mental, lo necesario que es cuidar de nuestro bienestar emocional.

En definitiva, la pandemia provocada por la covid-19 ha venido a democratizar la salud mental.

Y de la mano de esta universal y fragilidad emocional ha venido, de nuevo, la evidencia de la precarización y la falta de recursos en la atención a la salud mental que existe en España. La salud mental de la población española ha caído en picado durante la pandemia y debajo no hay red.

En estos meses, la incertidumbre, el miedo, los fallecimientos, las pérdidas de empleos, el propio confinamiento y la convivencia ininterrumpida o la soledad son algunas de las situaciones que han hecho merma en la salud mental de la población, especialmente en las personas con menos recursos económicos.

Destaca igualmente la prescripción de consumo de psicofármacos, de un 3,6% en la clase alta, frente a un 9,8% de la clase baja.

Grupos de población más afectados

Jóvenes, mujeres y personas con discapacidad, y en especial con discapacidad psicosocial, son algunos de los grupos de población que han visto más afectada su salud mental durante este periodo.

Las personas de 18 a 34 años son las que han frecuentado más los servicios de salud mental, han tenido más ataques de ansiedad, más síntomas de tristeza y han sido las personas que más han modificado su vida habitual debido a esta situación.

En esta línea, el CIS también señala que más del doble de las personas que han acudido a los servicios de salud mental son mujeres.

Las desigualdades y discriminaciones en el ámbito profesional, la carga de responsabilidades familiares y de cuidado o la violencia de género, han sido algunos de los principales factores que ha provocado o agravado los problemas de salud mental en la población femenina.

De hecho, un estudio realizado en varios centros hospitalarios indica que, en los meses de la pandemia, la prevalencia de la ansiedad en las mujeres ha sido del 33% y la de la depresión, del 28%, y destaca que uno de los principales factores de riesgo de sufrir ansiedad y depresión es ser mujer.

En cuanto a las personas con discapacidad, un estudio de Fundación ONCE, reveló que un 50% de las personas con discapacidad señala que su estado de ánimo ha empeorado desde que empezó el estado de alarma.

Un 34% de las personas con discapacidad ha consumido ansiolíticos y/o antidepresivos durante el confinamiento. En el caso de las personas con discapacidad psicosocial, la cifra se eleva al 62,4%.

La salud mental: transversal y también transfronteriza

La situación de la salud mental descrita para España no mejora demasiado más allá de nuestras fronteras.

En Europa, según la OMS, los problemas de salud han aumentado durante la pandemia, observándose un claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés, con varias encuestas que muestran que alrededor de un tercio de las personas adultas adultos reporta niveles de angustia. Entre la población más joven, esa cifra llega a 1 de cada 2 personas.

Frente a estas cifras que evidencian que la salud mental de la población está sufriendo apelamos a la Comisión Europea a agilizar el debate político sobre la salud mental, ya que es necesario que Europa se implique y haga las recomendaciones oportunas a los Estados miembros para que prioricen la inversión a la atención a la salud mental.

Es urgente una mayor inversión en salud mental

Ya en el Día Mundial de la Salud Mental de 2020, el movimiento asociativo SALUD MENTAL ESPAÑA recordó las grandes carencias de la salud mental en España, demandando mayor inversión, y ahora, a tenor de los datos que demuestran una salud mental de la población bastante mermada, la reivindicación vuelve a tomar protagonismo.

Es absolutamente necesario que las administraciones nacionales acometan políticas y medidas que impliquen una mayor inversión en recursos materiales, tecnológicos y profesionales para que asegurar el acceso a una atención en salud mental universal y pública.

Si la pandemia ha demostrado algo, es que la salud mental es cosa de todos y todas y que puede afectar a cualquiera, por lo que aseveramos que es más urgente que nunca prestarle la atención que merece, si queremos lograr realmente una reconstrucción social y económica.