Crucifican a Jesús ante un tribunal de la opinión publicada organizado por el Poder Político y Social. Era una amenaza para la Iglesia Judía y para el Imperio Romano. Convencieron a las masas de condenar a muerte a Jesús, atreves de la opinión publicada, esa manipulación, sin ninguna certeza, de los hábitos cognitivos, afectivos y operativos de la población, basada en creencias que se imponen por repetición, hasta convertirlos en sentimientos y comportamientos colectivos.
Construyo ese poder esa voluntad popular que pedía a gritos, la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. Vencían las creencias a las ideas, caían las certezas y la verdad de sus hechos. Desapareció la reputación, el criterio que la población tenia de Jesús. Ese predicador que levanto a Lázaro, que convirtió el agua en vino, el que hizo que un ciego pudiera volver a ver, todo aquello que acumulaba el condenado como reputación.
Actuaba esta voluntad general de la población como base, para que el Poder Político y Social legitimara su derecho natural a condenarle a muerte a Jesús, y liberar a un delincuente. Servía la opinión publicada o la voluntad popular para una cosa y para su contraria, y como garantía política de un mismo hecho.
Pueden ustedes descubrir que, 20 siglos después de este hecho, el Poder Político y Social sigue usando los mismos métodos de manipulación y control de las masas. Conocemos las artimañas de comunicación que se usan para despojar a la población y a la sociedad del pensamiento crítico. De la única herramienta que les permite a los ciudadanos determinar y decidir sobre lo que les conviene y les perjudica.
Usan la opinión pública y los medios de comunicación, tanto los radicales y televisivos o la internet para el adoctrinamiento y manipulación de las creencias. Así crean esa voluntad popular generalizada, pues su objetivo es automatizar y robotizar a las personas, con novelas, programas deportivos y los programas estúpidos de humor.
Es así, con esta simplificación emocional, como se les mantienen aisladas, marginalizadas y sin recursos intelectuales, para construir medios organizacionales eficaces, con los cuales, diseñar una ingeniera de consenso, como alterativa a la ingeniera social del poder política y social. Necesitamos esa ingeniera de consenso que garantice y proteja la libertad de persuadir y proponer, una opinión pública que ofrezca certeza e ideas, sobre la reputación real del poder político y social en la República Dominicana.
Pudimos vivir estas notaciones en la presente Semana Santa, el protagonista nunca fue Jesús, sino el deleite, la bebida, el placer el culto al cuerpo. La opinión publicada se encargó de convertir en objeto del poder la festividad Religiosa. Observen que ninguno de los medios de comunicación divulgaron el Sermón de las 7 Palabras, porque el Poder Político y Social está interesado en ocultar las diferencias que, dentro del campo gravitatorio del poder, mantiene la Iglesia con el Gobierno por su asociación con la agenda anti nacional del Embajador de los Estado