Por: Sandy Cuevas
SANTO DOMINGO. – Los reclamos del gobierno de transición de Haití ante la OEA para detener del tráfico de armas por la frontera y las denuncias de xenofobia desatan una ola de críticas entre los diferentes sectores políticos del país, que destacan los esfuerzo del gobierno para vigilar la línea limítrofe, mejorar trato a los repatriados y desmantelar la banda de oficiales de la PN decanos al trasiego de municiones.
Para el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, las acusaciones haitianas no solo carecen de base, sino que forman parte de una estrategia de presión. Calificó de “chantaje” los señalamientos sobre supuestos malos tratos a mujeres embarazadas y lactantes.
Gómez asegura que en lugar de hacer acusaciones, las autoridades haitianas deberían centrarse en fortalecer sus instituciones, convocar elecciones y crear condiciones para recuperar la estabilidad.
En cuanto al tráfico de armas, sostuvo que los casos registrados en territorio dominicano son aislados. Asegura que el flujo real de armamento ocurre en dirección contraria: desde Haití hacia la República Dominicana.
Para Charpantier, la verdadera crisis haitiana es responsabilidad de su propia élite política y empresarial. Dijo que durante años han hundido al país en el caos por ambiciones personales y corrupción.
Ambos coinciden en que la OEA ha perdido su norte y que ha dejado de cumplir su misión de fomentar la cooperación regional y defender la democracia en el continente.
Exigen que tanto la OEA como la ONU asuman con seriedad la emergencia haitiana y actúen con responsabilidad, antes de que la situación siga desbordándose.
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