Santo Domingo.- Estafa, falsedad de escritura privada, presentación de documentos falsos y ejercer sin título una profesión de las ciencias de la salud. Estos son los principales cargos de Elizabeth Silverio, la supuesta neurocientífica, que fue condenada a siete años de prisión en Najayo.
La sentencia impuesta por el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional a la autora del libro El Sistema Adámico consigna violaciones a las disposiciones de los artículos 151 y 405 del Código Penal, y el Artículo 156 numeral 7 de la Ley General de Salud 42-01.
¿Pero qué dicen estos artículos?
El artículo 151 del Código Penal
Dice que “la misma pena se impondrá a todo aquel que haga uso del acto, escritura o documento falsos”. El artículo 150, que lo precede, establece que se impondrá la pena de reclusión a todo individuo que, por uno de los medios expresados en el artículo 147, cometa falsedad en escritura privada.
El artículo 405 del Código Penal
Establece que “son reos de estafa, y como tales incurren en las penas de prisión correccional de seis meses a dos años, y multa de veinte a doscientos pesos: 1o. los que, valiéndose de nombres y calidades supuestas o empleando manejos fraudulentos, den por cierta la existencia de empresas falsas, de créditos imaginarios o de poderes que no tienen, con el fin de estafar el todo o parte de capitales ajenos, haciendo o intentando hacer, que se les entreguen o remitan fondos, billetes de banco o del tesoro, y cualesquiera otros efectos públicos, muebles, obligaciones que contengan promesas, disposiciones, finiquitos o descargos;
El artículo 405 del Código Penal
2o. los que para alcanzar el mismo objeto hicieran nacer la esperanza o el temor de un accidente o de cualquier otro acontecimiento quimérico. Los reos de estafa podrán ser también condenados a la accesoria de la inhabilitación absoluta o especial para los cargos y oficios de que trata el artículo 42, sin perjuicio de las penas que pronuncie el Código para los casos de falsedad.
Artículo 156 numeral 7 de la Ley General de Salud 42-01.
Se consideran crímenes y serán sancionados con penas de dos (2) a diez (10) años de reclusión o multas que oscilarán entre veinticinco y cincuenta veces el salario mínimo nacional establecido por la autoridad legalmente competente para ello o por la ley, las siguientes infracciones:
7) Ejercer cualesquiera de las profesiones dentro de las ciencias de la salud, sin tener el título universitario o de educación superior que lo acredite para tales funciones, o por carecer del exequátur expedido por el Poder Ejecutivo.
Pagos civiles y penales
Elizabeth Silverio, deberá cumplir una pena de 7 años en el Centro Correccional Najayo Mujeres. Deberá costear el pago de las costas penales, y en el aspecto civil deberá pagar una indemnización de RD$2 millones a cada uno de los querellantes constituidos en actor civil. En la sentencia leyeron los nombres de nueve querellantes.
Cómo empezó todo
La caída de Elizabeth Silverio inició cuando fue denunciada en mayo de 2023 por ejercer la medicina sin tener título ni exequátur para ello. Silverio dirigía el centro Kogland, creado en diciembre de 2021, para tratamiento de niños con trastorno del espectro autista.
En julio de 2023 fue enviada a Najayo Mujeres por tres meses, como medida de coerción. En agosto de ese año, el Primer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional le varió la medida de coerción por arresto domiciliario con uso de dispositivo electrónico para que solo pueda circular en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Tristemente célebre
Tras un mes en prisión, Silverio salió reinventada con menos peso y con otro estilo de vestuario. Pocos meses después publicó su libro El Sistema Adámico, que se vende a RD$800, y puede ser consultado de manera gratuita en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Elizabeth Silverio también se había hecho viral y famosa, en el país y en el exterior, por un video suyo donde explica, de manera enrevesada, el sistema adámico. La supuesta neurocientífica, que también era predicadora evangélica, se convirtió en la comidilla durante varios meses por su particular estilo de comunicarse.