“Cuartos en mano” y aquello en tierra…

José Báez Guerrero.

José Báez Guerrero.

Alguna combinación ha impedido que se coaliguen los reclamantes de una renegociación del contrato entre el Estado y la empresa Pueblo Viejo Dominicana Corporation, subsidiaria de Barrick Gold, quienes estiman injusto que, al triplicarse los precios del oro desde el momento en que se firmó ese pacto, permanezcan iguales los términos sobre cómo le toca a cada cual su parte.

Quizás la sabiduría convencional de la opinión pública intuye que el contrato en verdad no es tan malo, puesto que al día de hoy los inversionistas foráneos no han recuperado ni un solo centavo de los cerca de cuatro mil millones de dólares gastados para construir la planta de procesamiento del mineral aurífero.

Son pocos los países que en medio de la crisis internacional han recibido en menos de 36 meses una inversión de RD$160,000,000,000.00 (ciento sesenta mil millones de pesos), o sea poco menos que la mitad del total del presupuesto nacional para el 2013. Quien invierte una cantidad tal en un país tan pequeño siempre amarra legalmente sus garantías para evitar “cúcaras mácaras” posteriores, como por ejemplo un cambio unilateral de las reglas de juego convenidas.

De modo que, si en verdad el Estado dominicano está interesado en propiciar una renegociación, por vía amigable que es la única posible en sentido práctico y legal, según apuntan múltiples indicios entre ellos artículos de prensa de voceros oficiosos del interés gubernamental, esta debería realizarse empleando cada lado los interlocutores más calificados, pues donde el guiso huele bien la sanidad siempre prueba un chin de más…

La posibilidad de renegociar, legalmente casi imposible por las malas, posee el interesante pie de amigo que ofrece el gobierno federal de los Estados Unidos, que igual al dominicano está explorando cómo crear en la minería una fuente adicional de recursos fiscales para solventar sus necesidades ante la crisis global.

Otras inversiones de la Barrick, como por ejemplo la enorme mina entre Chile y Argentina que es mucho más grande que la de Pueblo Viejo, han quizás disminuido la relativa importancia de la operación dominicana. Pero comoquiera quien mete cuatro mil millones de dólares en una mina quiere recuperarlos tan pronto pueda y reconciliar ese interés legítimo con la necesidad también legítima del Estado dominicano es lo que se presenta como una negociación difícil pero no imposible. El apoyo popular facilitaría las cosas…

José Báez Guerrero

www.josebaezguerrero.com