Países Bajos.– Cuatro agentes de la policía neerlandesa resultaron heridos durante la noche de este sábado en La Haya por los disturbios entre dos grupos enfrentados de eritreos, que derivaron en una batalla campal en plena ciudad, con fuego, vehículos quemados y lanzamientos de palos y piedras.
Los altercados enfrentaron a partidarios y opositores del gobierno de Eritrea, y estallaron en los alrededores de un centro de conferencias de La Haya donde anoche se reunió un grupo de simpatizantes gubernamentales para celebrar una fiesta de Año Nuevo, según explicaron los medios de comunicación neerlandeses.
Un grupo de detractores del gobierno eritreo también se presentó al evento y fue en ese momento cuando estalló la violencia entre ambos bandos, que se enfrentaron en la calle, pero también dejaron ventanas rotas y otros desperfectos en el centro de conferencias.
La policía utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los alborotadores, que lanzaron piedras, ladrillos, palos, bicicletas y hasta señales de tráfico a los antidisturbios desplegados para contener la pelea.
Cuatro agentes resultaron heridos, dos de los cuales por lesiones en las manos, uno en los dientes y el cuarto fue atropellado por un coche de la propia policía en medio del caos de los disturbios.
Los altercados también dejaron varios vehículos incendiados, incluido alguno de la policía, y un autobús turístico.
En Eritrea hay un solo partido político autorizado, el del presidente Isaías Afewereki, que llegó al poder en 1991, el año en el que el país se independizó de Etiopía, y ha pospuesto en repetidas ocasiones la celebración de elecciones en el país.
El relator de la ONU para los derechos humanos en Eritrea, Mohamed Abdelsalam Babiker, aseguró el pasado junio que el presidente Afewerki ejerce un «poder absoluto» que no deja espacio al Estado de derecho, la independencia del poder judicial o la separación de poderes.
El relator de la ONU también alertó de la represión que existe sobre cualquier forma de disidencia y llamó al gobierno a liberar a todos los detenidos de forma «ilegal y arbitraria».
El año pasado, el Índice Global de Esclavitud colocó a Eritrea como el segundo país del mundo más afectado por la esclavitud moderna, solo por detrás de Corea del Norte.
Un efecto directo de esta situación ha sido la salida de los eritreos del país, de los cuales más de 577.000 habían pedido asilo fuera de su país a finales de 2022, según datos de la agencia de la ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados.