x

¡Cuidadito!

En ambos casos, si de verdad el Gobierno quiere demostrar cuánto hemos cambiado, deben aplicarse las sanciones legales más drásticas, sin impunidad para estos trujillitos que pugnan por sus fueros.

Jose Baez Guerrero
Escuchar el artículo
Detener

Es un abuso intolerable el incidente con golpes a Pablo Ulloa, Defensor del Pueblo, a periodistas del Listín, y la destrucción de cámaras y otros equipos de prensa, por parte de policías de tránsito en el depósito de chatarras y vehículos confiscados que opera la DIGESETT en el antiguo Canódromo.

Es una intolerancia preocupante que autoridades municipales de San Pedro de Macorís se pongan de acuerdo para violar el derecho constitucional de quienes promueven los ritos del gagá en Semana Santa, prohibiendo su desfile en ese pueblo.

Ambos casos, distantes pero similares, muestran dos de los peores aspectos del orden público y el orden social dominicano. Cuando la Policía incauta motocicletas y vehículos sin orden judicial ni amparo legal, demuestra cuán frágil es el derecho a la propiedad privada. Cuando los funcionarios prohíben cualquier expresión legalmente permitida, violentan sagrados derechos humanos y constitucionales.

En ambos casos, si de verdad el Gobierno quiere demostrar cuánto hemos cambiado, deben aplicarse las sanciones legales más drásticas, sin impunidad para estos trujillitos que pugnan por sus fueros.

Comenta con facebook
Recientes
Contenido más reciente en Noticias SIN

El creador de “El juego de el calamar” dice está “harto” de la serie

Origen e impacto de un eventual cierre parcial del Gobierno en EE.UU.

Gobierno y CMD alcanzan acuerdo que debe ser firmado antes del 31 de diciembre

Primer vistazo de David Corenswet como Superman para nueva adaptación de Warner

Maduro dice que conformó equipo de asesores para pensar una «gran reforma constitucional»

La famosa casa de “Mi pobre angelito” encuentra nuevo dueño antes de Navidad

Macron sobre Gisèle Pélicot: «Su dignidad y su valor han inspirado a Francia y al mundo»

Karl-Anthony Towns no tiene piedad de los Wolves en su regreso a Minnesota