Los decretos ratificadores de una parte del gabinete anterior, ha habido que defenderlos en todos los escenarios, pero con las medidas salidas del primer Consejo de Ministros, encabezado por el presidente Danilo Medina, no hay necesidad de abrir la boca, porque la gente de todos los litorales ha recibido con beneplácito esas decisiones y las defiende.
Danilo ha querido resaltar que el ejercicio de una función pública es vocación de servicios, nadie debe ir a una posición estimulado por los beneficios que acarrea, sino por su grado de compromiso con los objetivos de una administración, y la gente no puede estar en los cargos como chivos sin ley, manejando recursos públicos en función de sus caprichos. Tienen que establecerse pautas y el que se salga de ellas, sabe que se sale del gobierno.
Un decreto presidencial surte un efecto transformador, el que lo recibe, sin tener que incurrir en acciones incorrectas, crece en términos sociales y políticos, pero se ha expandido mucho el criterio de que también debe hacer provecho de la oportunidad para hacer fortuna, y esto es lo que ha desacreditado la función pública.
La reflexión para muchos debe ser esta: si antes de ostentar esta distinción por parte del presidente, un reconocimiento de mis capacidades y méritos, tenía una familia hermosa y bien educada, levantada con los sacrificios a los que está sujeta la clase media, por qué razón torcer el rumbo para procurar riquezas que todo el mundo sabrá que se han conseguido, usando los cargos para negocios particulares.
Que vele todo el que hace política en este país, no importa el partido en el que se ubique, que esas medidas se cumplan, porque será menos difícil convencer a un pueblo incrédulo y desconfiando, de que no todo el mundo persigue lo mismo, y que muchos de los que dan el paso al frente, lo que quieren es aportar.
No abunda que el Código de Pautas Éticas reitere obligaciones establecidas en la Constitución y las leyes, porque aunque han estado ahí, muchos las han ignorado: “3.-ADMINISTRAR los bienes del Estado que me han sido confiados en el cargo que he sido designado, con honestidad, equidad, eficacia, eficiencia y transparencia, acorde a los principios estratégicos de planificación, coordinación y adecuada colaboración con las restantes dependencias del gobierno y la sociedad, maximizando la utilidad de la cooperación y el trabajo en red”.
Quienes han pretendido mofarse de las medidas dirigidas a racionalizar el gasto debe tomar en cuenta que están en correspondencia con lo que se espera del gobierno en una etapa de crisis, que se apriete los cinturones. ¿Quién ha dicho que debe permitirse que se compren vehículos nuevos, cada vez que a un incumbente se le encapriche? Pero si hubiera necesidad de adquirirlos, ¿quién ha dicho que tienen que ser los todoterrenos más lujosos y costosos del mercado, si por el precio de uno se pueden adquirir tres, que ofertan la seguridad y comodidad necesarias para hacer el trabajo?
Todos sabemos que la nueva administración hereda un gran déficits fiscal, por lo que está abocada a un entendimiento con los sectores productivos para producir un pacto que le permita generar los recursos que necesita para cumplir con las acciones de gobierno, y que sería muy difícil lograr esa meta sin disciplinar el gasto.
El nuevo gobierno está pregonando con el ejemplo, cumplamos nuestra parte, que Danilo será estricto en hacer cumplir la suya.
Por Julio Martínez Pozo
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