Daños por la erupción de volcán en Tonga equivalen al 18,5 % de su PIB

La erupción y el tsunami causaron estragos en 600 edificios, echaron a perder cosechas y provocaron daños por valor de más de 20 millones de dólares en carreteras y otras infraestructuras.

AUSTRALIA.- La violenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga Hunga Haapai, que el mes pasado cubrió Tonga de cenizas y causó un devastador tsunami, ha causado daños equivalentes al 18,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, según un informe del Banco Mundial publicado este lunes.

El informe, realizado a petición del Gobierno de Tonga, valora las pérdidas ocasionadas por el desastre en 90,4 millones de dólares (80 millones de euros), y valora los daños en edificios, infraestructuras, agricultura, pesca y el coste de limpieza de las cenizas volcánicas.

El ministro de Finanzas del país, Tatafu Moeaki, afirmó que en un momento en que las comunicaciones y la logística siguen siendo difíciles, el informe ofrece «una imagen más clara de los daños de la catástrofe» y será tenido en cuenta en los pasos dados para la recuperación.

La erupción y el tsunami, que dejaron el país incomunicado varios días, causaron estragos en 600 edificios, echaron a perder cosechas y provocaron daños por valor de más de 20 millones de dólares en carreteras y otras infraestructuras.

La mayor parte de los efectos económicos se concentraron en la isla de Tongatapu, la principal del archipiélago, con un coste de 69 millones de dólares, mientras que otras islas menos pobladas, como Mango y Atata sufrieron una destrucción casi completa.

La violenta erupción del volcán submarino el pasado 15 de enero, catalogada como una de las más potentes en los registros, y que a su vez provocó un potente tsunami con olas de hasta 15 metros de altura causó tres muertos y afectó a unos 85.000 habitantes de este archipiélago donde viven apenas 100.000 personas.

Tras unos primeros días de incertidumbre en que escaseaba el agua potable en muchos puntos del país, la ayuda internacional, enviada principalmente en aviones y barcos procedentes de Australia y Nueva Zelanda, comenzó a llegar y se iniciaron las operaciones de reconstrucción.