Por Aquiles Ramírez.
Redacción deportes. El otoño trae consigo muchas bondades, desde un clima acogedor así como hermosos paisajes por el colorido de los árboles, pero también trae en materia de deportes muchas emociones, ya que por lo regular y fuera de la pandemia, todo el seguidor de los grandes eventos deportivos está en finales de NBA o en post temporada de beisbol de MLB.
Incluso los más osados ya están preparando su túnica para estar listo y cantar playball en las ligas otoño-invernal que se celebran en gran parte del norte, sur y centro América, así como del caribe en donde la Republica Dominicana tiene mucho que celebrar cuando llega el 23 de septiembre de cada año.
El 1956 es la data que recoge la pisada del primer dominicano a un equipo grande en las mayores y fue la punta de ese Iceberg que hoy, 64 años después Quisqueya la bella puede tener el honor de contar más de 800 peloteros que formaron parte de la lista que recoge cada organización con los nombres de sus militantes, siendo la segunda potencia en la industria beisbolera, solo detrás del país local Estados Unidos. Montecristi lo vio nacer, en la parte noroeste de la isla, le llaman Ozzy, Osvaldo o como los mas cercanos que concen el gusto con que jugaba el beisbol “El Orégano”.
De mirada penetrante, corto al hablar pero de firmes manos a la hora de agarrar el madero Osvaldo Virgil marcó el camino el cual venció lleno de muchos obstáculos y dificultades para convertise en el primer criollo con un uniforme de equipo grande como lo fue los Gigantes de New York, que luego del tiempo pasaron a llamarse Los Mets de New York. A sus 88 años, El Orégano se mantiene firme y a pesar del tiempo acumulado en su memoria, los recuerdos siguen vigentes y es una exquisitez escucharlo aun narrar sus anécdotas.
El inicio no fue tan bueno, ya que en plena dictadura del sátrapa Rafael L. Trujillo, Virgil explica que su familia partió a los Estados Unidos en 1945, pues su padre era un antitrujillista y obviamente tuvieron que abandonar el país para alejarse del régimen dictatorial.
8 años de llegar a territorio norteamericano y haber pasado por el servicio militar obligatorio, Ozzy consiguió la firma al beisbol organizado en 1953, tres años después, el 23 de septiembre de 1956, con 24 años de edad, fue subido por los Gigantes de New York, y recordando su actuación de ese día bateo de 4-0 al bate y jugó defensa en tercera base. También militó con los Tigres de Detroit en 1958 se convirtió en el primer jugador que no era “blanco” en pertenecer a ese equipo. Virgil tuvo una carrera de nueve años en las Grandes Ligas con Gigantes de New York (1956-57), Tigres de Detroit (1958, 1960-61), Atléticos de Kansas City (1961), Orioles de Baltimore (1962) Piratas de Pittsburgh (1965) y Gigantes de San Francisco en 1966 y 1969.
Sus números finales quedaron en promedio al bate de .231, con 174 hits en 753 turnos al bate, 14 jonrones, siete triples, 19 dobles, 75 anotadas, 34 boletos y seis bases robadas.
La versatilidad como jugador le permitió defender todas las posiciones exceptuando lanzador y jardinero central. En su haber tiene el privilegio de haber jugado al lado de Juan Marichal, Jesús Alou, Roberto Clemente, Willie Mays, Orlando Cepeda, Manuel Mota, Gaylord Perry, Brooks Robinson, Al Kaline, Hoyt Wilhelm, Willie Stargell, Jim Bunning, Willie McCovey, entre otros. Tras su retiro como jugador activo, inició una carrera como coach por 19 años entre Gigantes de San Francisco, Expos de Montreal, Marineros de Seattle y Padres de San Diego. Y por si la grandeza de Virgil siendo pionero no se acabara, también tiene en su hoja de vida el honor de ser el primer manager dominicano en dirigir un equipo fuera del país en una serie del caribe en 1973, celebrada en el estadio Universitario de Caracas, Venezuela, donde fue el mánager de los Leones del Caracas.