Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que busco un árbol muerto y lo cortó. Pero luego en la primavera, vio desolado que marchito de ese árbol le salieron brotes nuevos.
Mi padre dijo: Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las ramas en el en el invierno. Hacía tanto frio, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco una pizca de vida.
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: “Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno.
Moraleja: Jamás tomes una decisión que negativa. En tiempos adverso se paciente. La tormenta pasará. “Recuerda que la primavera volverá”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.