Democracia interrumpida: los poderes detrás del golpe que acabó con el Gobierno de Juan Bosch

Cinco días antes del golpe de estado, el 20 de septiembre de 1963, otro de los sectores opositores de Bosch, comerciantes y empresarios, convocó a una huelga general, la cual detuvo las labores durante dos días.

SANTO DOMINGO.- Tras el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo en 1961, el escritor e intelectual Juan Bosch obtuvo la victoria en las elecciones celebradas en diciembre de 1962 con el 58.7% de los votos. Sin embargo, su visión de democracia e ideas progresistas impulsaron las acciones de un golpe de estado apenas siete meses del inicio de Gobierno, el 25 de septiembre de 1963.

Entre las medidas tomadas por Bosch citadas por la Academia Dominicana de Historia en la “Historia General del Pueblo Dominicano” están la introducción de la libertad de enseñanza y el ejercicio de la ciencia, no religiosa,  como el fundamento de la educación; la correlación entre el trabajo realizado y el salario devengado; erradicación de la explotación extrema y el enriquecimiento desenfrenado; prohibición del latifundio, ya que obstaculizaba el desarrollo de las fuerzas productivas en la zona rural; prohibición de la posesión de tierras de parte de extranjeros; promoción de los derechos de los sectores vulnerables por parte del Estado, como la juventud, la niñez y la mujer.

Este tipo de propuestas políticas llevaron a gran parte de los poderes de facto del país a acusarlo de comunista, entre ellos el sector empresarial y la Iglesia Católica. En palabras del periodista e historiador Miguel Guerrero: “La jerarquía católica y la oligarquía jugaron un papel determinante en el derrocamiento de Bosch”.

Las propuestas, especialmente las relacionadas con la educación y reducción de los privilegios derivados del Concordato firmado con el Vaticano durante el Gobierno de Trujillo, descontentaron a la Iglesia.

La Iglesia Católica nunca aceptó que la nueva Constitución de 1963, promovida por Bosch, dejara sin efecto el Concordato. Esta Constitución, aunque tímida y conservadora según Bosch, fue vista como una amenaza directa a los intereses tradicionales”, expresó Guerrero.

Otro factor que jugó en contra de Bosch fue no prestar suficiente atención a las tensiones dentro de su propio partido, el Partido de Revolucionario Dominicano (PRD). Ángel Miolán y otros líderes del PRD mostraban su disgusto, ya que el presidente de la República tomaba decisiones de forma autónoma, dejando al partido con poca o ninguna influencia en las políticas del Estado.

Cinco días antes del golpe de estado, el 20 de septiembre de 1963, otro de los sectores opositores de Bosch, comerciantes y empresarios, convocó a una huelga general, la cual detuvo las labores durante dos días.

En la incertidumbre, los principales jefes de las Fuerzas Armadas, preocupados por las políticas sociales que consideraban alineadas con el comunismo, se organizaron para confrontar al mandatario, cuenta la Historia General de la República Dominicana. Las tensiones crecieron cuando Bosch amenazó con renunciar si no se le permitía reformar los cuerpos castrenses. Sin embargo, un grupo de militares, liderados por Elías Wessin y Wessin y Víctor Elby Viñas Román, optó por actuar de manera decisiva, arrestando y destituyendo a Bosch.

Los golpistas justificaron su intervención argumentando que el cuerpo legislativo mostraba una excesiva docilidad hacia el poder central, que la administración pública era incapaz y que las promesas electorales no se estaban cumpliendo. Además, señalaron ataques a la libertad de expresión y la peligrosa improvisación en el manejo de incidentes internacionales, lo cual, según ellos, comprometía la reputación de la República Dominicana a nivel global y abría la puerta a influencias comunistas y ateas.

A todo esto, fue clave el apoyo de Estados Unidos a todos estos grupos conservadores, Víctor Grimaldi señala en “El Papel de los Estados Unidos en el Golpe de Estado contra Bosch» (2020), que “los Estados Unidos en 1963 no toleraban el ejercicio independiente y soberano del Poder. Con esta premisa los asesores policiales y militares norteamericanos dieron instrucciones a los Jefes Militares de la República Dominicana de derrocar a Bosch”.

Grimaldi continúa señalando que a Bosch se le cuestionaba su posición de neutralidad frente a los conflictos que sostenía el Gobierno Norteamericano frente a Cuba y los Países aliados de la Rusia Soviética.

Al ser derrocado, el Gobierno de Bosch fue reemplazado por el triunvirato conformado por Emilio de los Santos, Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavares Espaillat.