Denuncian posible fraude en compra de insumos para cloroquina en Brasil

BRASIL.- El Ministerio Público de Brasil pidió este jueves la apertura de una investigación sobre presuntos fraudes cometidos por el Ejército en la compra de insumos necesarios para la producción de cloroquina, usada en el país para tratar la COVID-19.

Según el fiscal Lucas Furtado, autor de la denuncia dirigida al Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano fiscalizador del gasto público en Brasil, los fraudes en la adquisición de componentes para la cloroquina, fabricada en laboratorios militares que dependen del Comando del Ejército, pudieran tener dos vertientes.

La primera, un sobreprecio de hasta seis veces en el valor de mercado de los insumos, y la otra podría suponer un «desperdicio» del dinero público en un medicamento sin eficacia comprobada por la ciencia.

La fabricación en masa de ese antipalúdico en los laboratorios del Ejército fue ordenada directamente por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los mandatarios más negacionistas respecto a la gravedad del coronavirus y defensor de la cloroquina para tratar esa enfermedad, pese a las dudas que hay en el mundo científico.

En el documento remitido al TCU, el fiscal contempla esas dos posibilidades y enfatiza que, aún con las distorsiones que hubo en el mercado médico mundial, el hecho de que se haya pagado «un valor seis veces mayor» por los insumos «merece ser debidamente aclarado por el control externo de la administración pública».

En el segundo punto, subraya el posible «desperdicio» del dinero del Estado con la expansión de la producción de cloroquina, que de acuerdo a datos que cita en el documento, «aumentó 84 veces» desde el pasado marzo.

«En el caso de la fabricación en masa de un medicamento que no se ha comprobado eficaz frente a la COVID-19, resulta un desperdicio de recursos públicos que también debe ser debidamente investigado», sobre todo «cuando hay también sospechas de sobreprecios», indica.

Brasil es uno de los países más afectados en el mundo por la pandemia de coronavirus, sólo por detrás de Estados Unidos, y suma ya casi 47.000 muertes y cerca de un millón de contagios.

Desde la detección del primer caso en el país, el pasado febrero, Bolsonaro, al igual que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que la cloroquina era el remedio más eficaz para tratar el coronavirus.

Esa posición fue contrariada por dos ministros de Salud que, en los últimos tres meses, cayeron por contestar al mandatario y por defender las cuarentenas y el aislamiento social para contener el avance del virus, que Bolsonaro siempre ha censurado.

El tercer ministro de Salud desde la llegada de la pandemia al país, el general Eduardo Pazuello, sin experiencia alguna en esa área, alteró hace un mes los protocolos de la sanidad pública y autorizó el uso de la cloroquina, pero aún así la COVID-19 se ha seguido expandiendo casi en forma descontrolada por el país.