SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los jugosos salarios, las cuantiosas bonificaciones anuales y hasta el gimnasio gratuito que ofrecía a sus empleados el propietario de tres revistas, sirvieron de anzuelo para enganchar a aproximadamente 20 profesionales.
Sin embargo, ahora denuncian que después de agotar largas jornadas de trabajo durante tres meses nunca recibieron un pago.
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Las promesas del empresario también envolvieron a seis centros de atención a menores, centros que se supuestamente se beneficiarían a través de donaciones, de las ganancias de las publicaciones.
La preocupación colectiva es que a más de un mes de disolverse el proyecto y de exigir el pago establecido en los contratos, el dueño se ha esfumado y de él no ve ni la sombra.
Pese a que los jóvenes aseguran han presentado su caso al Ministerio de Trabajo, donde incluso le asignaron a los abogados Ciprian Encarnación y Apolinar Báez a fin de que inicien una investigación, en los registros de esta institución no aparece expediente alguno.
De hecho, autoridades de ese Ministerio dijeron a El Informe no tener conocimiento de esa litis, lo que derrumba aún más las esperanzas de que se haga justicia.