La depresión, un fenómeno mental, clínico y existencial que afecta a miles de mujeres y que sin embargo, todavía en el siglo XXI resulta incómodo abordar como tema en conversaciones habituales. Según unas estadísticas publicadas por el Albert Einstein College of Medicine, 27% de las mujeres sufren en algún momento determinado de depresión o ansiedad. En los países latinoamericanos, sobre todo, las mujeres son más propensas a sufrir de depresión, lo cual no resulta sorprendente cuando se toma en consideración que todavía en muchos sentidos nuestras sociedades son machistas.
En los últimos meses, me ha sorprendido la cantidad de mujeres y amigas que me han dicho que son medicadas o que en algún momento han sentido que deberían de medicarse pero que les da miedo acudir a un centro de terapia. No debería de ser que buscar ayuda sea un tabú, sin embargo mi consejo para estas mujeres es que si no son capaces por cualquier motivo de acudir a un centro donde puedan darse un tratamiento debido, usen su creatividad para encontrar formas de sanación alternativas con las que puedan hacer que sus problemas se alivianen.
Aunque parezca difícil de creer, el efecto que puede tener pasar más tiempo rodeadas de naturaleza, arreglarnos aunque no tengamos nada especial, y remedios naturales como la aromaterapia pueden tener estímulos muy positivos en el psicomotor y en como nos sentimos. De hecho, los mismos son mejores que volvernos dependiente de una pastilla o de la estabilidad que nos pueda dar otra persona. Debemos saber estar felices y a gusto con nosotras mismas para poder ser feliz en cualquier entorno. La depresión y las enfermedades mentales son mucho más comunes de lo que pensamos, pero manteniendo una actitud positiva y manteniendo una firme determinación a batallar contra ellos todos los días pueden hacer una gran diferencia.