ESPAÑA.- Un equipo de investigadores españoles ha descubierto una nueva estrategia que puede resultar eficaz para el tratamiento de la sordera causada por el platino que se utiliza en algunas quimioterapias contra el cáncer.
La pérdida de audición es uno de los efectos secundarios más frecuentes de los tratamientos del cáncer con derivados del platino, y puede ser de moderada a grave en función de la edad del paciente o de la dosis recibida, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), que ha señalado que los efectos más negativos se producen en niños.
Ahora, un equipo del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIB) -un centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid- ha demostrado en un modelo animal la eficacia terapéutica de una molécula (la LPT99) para el tratamiento de la sordera producida por esos derivados.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista «Clinical and Translational Medicine», ha informado el CSIC en una nota de prensa difundida hoy.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha dado el visto bueno a los ensayos clínicos con esa molécula, que contiene un novedoso derivado de» piperazinadionas», una familia de moléculas que han demostrado tener un potente efecto inhibidor de la muerte celular programada en los ensayos previos.
“Nuestro trabajo ha confirmado, primero, que es una molécula segura, sin toxicidad in vivo, y, segundo, que los animales que recibieron una terapia con administración en el interior del oído de esa molécula presentaron mejor audición», ha explicado la investigadora Isabel Varela Nieto, del IIB-CSIC-UAM.
Los resultados, según la investigadora, sugieren una nueva diana terapéutica y apuntan a esa molécula como un fármaco con potencial para su traslación a la clínica.
“A diferencia de otros posibles efectos de la quimioterapia con ese tipo de derivados, la pérdida de audición es irreversible porque las células sensoriales del oído interno no se regeneran; creemos que es importante encontrar formas de evitar el daño en la audición sin interferir con el tratamiento del cáncer”, ha manifestado la investigadora del CSIC.