SANTO DOMINGO. María Valdez, una residente del kilómetro 9.5 de la Autopista Duarte, ha manifestado su profunda preocupación e indignación por la construcción de la extensión del Metro desde el Kilómetro 9 hasta Los Alcarrizos. Valdez, quien vive en un edificio a menos de un metro de la construcción, describió la situación como una «bomba de tiempo», temiendo por la seguridad de su familia y vecinos.
Luce impensable que de los más de 1,900 personas físicas y jurídicas que fueron adjudicados con casi siete mil millones de pesos en indemnizaciones, el edificio que Valdez ha levantado con tanto esfuerzo no haya sido incluido en el proceso.
«El Metro se ha pegado a mi edificio. La construcción está tan cerca que uno puede tocarla con la mano,» afirmó Valdez. «El peligro es real. Cuando el Metro comience a operar, las vibraciones pueden ser suficientes para derrumbar el edificio.»
Valdez también expresó su frustración por no haber sido escuchada, a pesar de sus esfuerzos por comunicarse con las autoridades responsables. Según ella, aunque otros residentes con menos problemas fueron desalojados, su solicitud fue ignorada. «Me cansé de rogarle a la Leonel Carrasco. Cuando comenzó este proyecto, estaba emocionada, pero ahora temo por mi vida y la de mis hijos,» explicó.
Además de los riesgos estructurales, Valdez mencionó problemas de seguridad, señalando que delincuentes han intentado robar materiales de la construcción, lo que ha llevado a enfrentamientos con la policía en las cercanías de su hogar.
El edificio donde reside Valdez es de cuatro niveles y alberga seis apartamentos y un local comercial. Dice Valdez, que según los ingenieros que trabajan en la obra del Metro, los terrenos sobre los que está construido son arcillosos, por lo que está en un lugar inestable, lo que aumenta su preocupación por las vibraciones que generará el paso continuo del tren.
Valdez concluyó su declaración expresando su esperanza de que las autoridades, incluido el presidente Luis Abinader, intervengan para resolver la situación antes de que ocurra una tragedia. «Tengo fe en Dios y espero que se toque el corazón de quienes tienen el poder para actuar,» declaró.