A más de dos años del plan gubernamental de mantenimiento escolar, muchas escuelas públicas en RD siguen con obras inconclusas, deterioro estructural y falta de espacios básicos, afectando la educación y seguridad de miles de estudiantes.
Santo Domingo.– A pesar del inicio formal del año escolar 2025-2026, cientos de centros educativos en todo el país continúan operando en condiciones deplorables. Muchas escuelas aún esperan por reparaciones prometidas hace años, mientras que otras nuevas, aunque inauguradas recientemente, ya muestran signos de deterioro y abandono.
Un equipo de El Informe recorrió distintas provincias del país y constató que las condiciones de infraestructura en los planteles escolares evidencian un grave problema estructural, de planificación y de ejecución por parte del Ministerio de Educación (MINERD).
En el sector Los Alcarrizos, la Escuela Rudy María Comas Bautista, inaugurada en 2013, lucha contra el desborde diario de aguas negras. Su director, Ramón Valdez, explicó que la jornada escolar ha tenido que reducirse debido al insoportable hedor que comienza a sentirse desde las 11 de la mañana, cuando el pozo séptico colapsa.
Los baños están cerrados, las tuberías expuestas y los recursos para mantenimiento han brillado por su ausencia durante los primeros meses del año. A pesar de múltiples comunicaciones con las autoridades, las respuestas han sido siempre las mismas: promesas sin cumplimiento.
En Villa Jerusalén, Santo Domingo Norte, la Escuela Primaria Pura María de la Cruz, inaugurada en 2023 pero cuya construcción inició en 2013, ya presenta grietas, filtraciones, baños inservibles, pasamanos caídos, y un entorno invadido por maleza.
Además, las canchas deportivas no fueron terminadas, el comedor está a medio construir y hay estructuras abandonadas desde hace más de una década. La falta de drenaje provoca inundaciones cada vez que llueve, y áreas enteras permanecen inutilizadas por acumulación de agua.
A pocos metros de esa escuela, el Liceo Fortunato Quispe Mendoza enfrenta una situación similar. Aunque fue inaugurado parcialmente en 2023, una gran parte de su infraestructura —incluyendo un bloque de ocho aulas y el comedor— lleva 12 años sin concluirse.
"Nuestros estudiantes deben irse a sus casas a la 1:00 p.m. porque no tenemos comedor"
Alexis Rodríguez.
Profesor
Laboratorios sin equipar, áreas deportivas inconclusas y filtraciones constantes completan el panorama. A pesar de que se logró instalar una verja perimetral para evitar que los estudiantes accedieran a zonas peligrosas, el abandono continúa.
En Los Salados, Santiago, la Escuela Profesora Mélida Giral fue intervenida hace casi dos años para reforzar columnas del nivel inicial. Desde entonces, los niños de preescolar han sido reubicados en otros pabellones mientras su área permanece destruida.
Judelka Vásquez, profesora y presidenta de la unidad de base de la ADP en el centro, aseguró que el proyecto está paralizado. Lo más preocupante es que una persona enviada por el MINERD aseguró que la obra está “concluida y pagada”, sin que haya sido terminada en realidad.
“Nos prometieron entregar las aulas en semanas. Ya han pasado meses y nadie ha vuelto”.
Todas estas situaciones se dan en medio de un escándalo. Un informe oficial revelado recientemente señala presuntas irregularidades en los programas de mantenimiento escolar entre 2022 y 2024, provocando un déficit de más de RD$4,588 millones en el Ministerio de Educación.
Las anomalías han entorpecido proyectos críticos y afectado el inicio normal del presente año escolar, a pesar de que el Gobierno anunció con entusiasmo un plan de remozamiento que contemplaba la intervención de 488 escuelas bajo el llamado “Plan Mantenimiento 24/7”.
No todas las historias son de abandono. En la Escuela República de Venezuela, en Santiago, los trabajos de reparación avanzan a buen ritmo. Aunque los estudiantes han recibido clases virtuales, se prevé el regreso a las aulas en los próximos días. Baños, plomería y pintura están casi listos.
A pesar de las pocas buenas noticias, la realidad de cientos de centros educativos es de precariedad, incertidumbre y abandono.
Con cada año escolar, el país parece entrar en un nuevo ciclo de promesas y frustraciones. Las escuelas siguen esperando, los estudiantes siguen sufriendo, y el sistema educativo público continúa mostrando grietas… no solo en sus paredes, sino también en su gestión.