REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La autopsia realizada a Felipe Gómez Alonzo, el niño migrante de 8 años que falleció poco después de la medianoche de este martes, en la Navidad, en un hospital mientras se encontraba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense, dio positivo de gripe, ha anunciado un investigador médico de Nuevo México (EE.UU.), citado por AP.
El niño guatemalteco cruzó la frontera con México junto con su padre, Agustín Gómez, y ambos fueron detenidos en la zona fronteriza el 18 de diciembre. El padre del menor dijo al cónsul guatemalteco en Phoenix, Oscar Padilla, que Felipe no se sentía mal en los días previos a su ingreso en el hospital en la ciudad de Alamogordo (Nuevo México) el 24 de diciembre y que fue hospitalizado después de que un agente notara que estaba tosiendo.
La madre del niño, Catarina Alonzo, indígena maya que habla el idioma chuj y no se comunica bien en español, explicó a Reuters con la ayuda de un traductor que su hijo y marido, un trabajador agrícola, partieron a EE.UU. con la esperanza de que Agustín encontrara un trabajo para poder pagar las deudas y Felipe recibiera una mejor educación. La familia vivía en la aldea de Yalambojoch, que alberga a unas 1.000 personas y está situada cerca de la frontera de Guatemala con México.
El 8 de diciembre falleció por deshidratación la niña guatemalteca Jakelin Caal, de 7 años, que también se encontraba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. Su cuerpo fue trasladado a su aldea natal.
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