El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora en el país por un lado con dolor e impotencia por la oleada de feminicidios que conturba a la familia dominicana, pero también con muchas expectativas por las medidas anunciadas por el presidente Luis Abinader para erradicar o cuando menos disminuir drásticamente este angustiante flagelo.
Es muy doloroso ver cómo prácticamente cada semana hay que actualizar las cifras de estos desgarradores episodios de violencia intrafamiliar con mujeres que caen víctimas de sus parejas o excompañeros sentimentales.
El drama no concluye ahí porque producto de estas acciones demenciales o demoníacas, muchos niños que logran sobrevivir quedan entonces sumidos en la más absoluta orfandad sin padre ni madre, porque generalmente los agresores se suicidan.
En medio de este tétrico panorama resulta esperanzador que el Gobierno haya declarado de alta prioridad nacional el combate a la violencia contra la mujer, a la vez que, en representación del Estado y de las autoridades encargadas de luchar contra el crimen y prevenirlo, el presidente Luis Abinader pidiera perdón a las víctimas porque hasta ahora se ha fallado en ese crucial empeño.
En el plano concreto y de lo que se puede esperar de ahora en adelante con acciones efectivas que puedan prevenir más tragedias familiares, durante un Consejo de Gobierno, el gobernante presentó el denominado Plan Estratégico por una Vida Libre de Violencia hacia las mujeres que contempla varias iniciativas.
De manera específica, estas iniciativas incluyen crear una policía especializada para dar asistencia 24 horas a las víctimas de violencia intrafamiliar, además de ofrecer asistencia a los niños y adolescentes que quedan en estado de indefensión y orfandad.
De inmediato se dispondrá de recursos para emprender estas acciones, ya que el gobierno además firmó un convenio con la Unión Europea, a fin de establecer un programa de prevención que prevé el desembolso de cinco millones de euros para iniciativas contra la violencia hacia la mujer.
Sin embargo, sin que esto signifique duda alguna sobre la clara voluntad estatal de combatir la violencia intrafamiliar, se debe señalar que por muy bien intencionadas que sean las medidas, en la práctica su aplicación afrontará posiblemente algunas complicaciones y complejidades hasta que logre estructurarse todo un programa debidamente coordinado.
Tan importante como las medidas anunciadas es erradicar la cultura machista que impulsa a la violencia doméstica y para lograrlo quizás sería conveniente incluir esa materia en el currículum desde los primeros cursos escolares como sugirió un twitero en el noticiero estelar de SIN y respaldó de inmediato la periodista Alicia Ortega, quien dijo que sería tan importante como leer y escribir.
Mientras observamos el desarrollo del nuevo plan, la aspiración es que de verdad estemos en un firme y prometedor camino para detener la violencia contra la mujer y con ello llevar tranquilidad a la familia dominicana.
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