REDACCIÓN. – El Día de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, se celebra cada 17 de junio, esta fecha fue establecida por la ONU, con el objetivo de crear conciencia de la importancia que tiene para los seres humanos y el planeta abordar y dar soluciones a los problemas de desertificación y sequía.
Este año 2024 el Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía tiene como lema «Unidos por la tierra: Nuestro legado y nuestro futuro».
Con este lema, la ONU trata de concienciar a todos de que deben proteger la tierra, el cual es nuestro recurso más preciado para garantizar la estabilidad y la prosperidad de miles de millones de personas en todo el mundo.
La desertificación es el resultado de una permanente degradación de los suelos, ocasionado por una constante desforestación de los bosques, la salinización, la falta de agua y una sobreexplotación de los acuíferos, que por lo general es producida por las distintas actividades económicas que lleva a cabo el hombre en distintas partes del mundo.
Por otro lado, la sequía representa un cambio o anomalía del clima, que ocurre cuando los niveles del agua están muy por debajo de lo que corresponde en una determinada área geográfica, afectando considerablemente a todas las especies que crecen y se desarrollan en dichas áreas. La principal causa radica en la ausencia de precipitaciones.
La degradación de los suelos en distintas regiones del mundo, se produce como consecuencia de las continuas actividades humanas que cada día se llevan a cabo para diferentes fines y que lamentablemente han dañado grandes áreas geográficas, lo cual ha provocado erosión, salinización, agotamiento de los acuíferos y pérdida de nutrientes de los suelos.
En la actualidad, esto representa un grave problema para la economía y el desarrollo de los pueblos, sobre todo, en los países donde la siembra y la producción agrícola representan una de las principales fuentes de ingresos, que permiten que las personas de escasos recursos puedan llevar el sustento a sus hogares.
Por esta razón, hoy más que nunca se requiere la adopción de políticas de estado que ayuden neutralizar la degradación de los suelos y donde todos los organismos involucrados asuman el compromiso para el logro de este objetivo que garantice el disfrute de todos los recursos que la madre naturaleza nos brinda.