Redacción externa. – Los investigadores suecos indicaron que los cambios en el estilo de vida de las personas pueden contrarrestar los efectos neurológicos de esta enfermedad, que también está relacionada con la demencia.
La diabetes puede envejecer el cerebro hasta cuatro años, muestra un nuevo estudio basado en imágenes por resonancia magnética (IRM).
Hubo un resquicio de esperanza: los cambios saludables en el estilo de vida podrían ayudar a prevenir ese envejecimiento neurológico, apuntaron los investigadores suecos.
«Tener un cerebro de apariencia más vieja para la edad cronológica puede indicar una desviación del proceso normal de envejecimiento y podría constituir una señal de advertencia temprana de demencia”, advirtió la autora principal del estudio, Abigail Dove.
«En el lado positivo, parece que las personas con diabetes podrían influir en su salud cerebral a través de una vida saludable”, añadió Dove, estudiante graduado de neurobiología del Instituto Karolinska, en Estocolmo.
Su equipo publicó sus hallazgos en la edición del 28 de agosto de la revista Diabetes Care. Como anotó el grupo de Dove, desde hace mucho tiempo se ha reconocido que la diabetes tipo 2 es un factor de riesgo de demencia. Sin embargo, se desconocía el impacto de la prediabetes y la diabetes en la salud cerebral de las personas sin demencia.
El nuevo estudio buscó remediar eso, analizando resonancias magnéticas cerebrales de más de 31,000 personas de 40 a 70 años de edad, todas inscritas en una base de datos británica llamada U.K. Biobank. Dove y sus colegas utilizaron tecnología de inteligencia artificial para medir la “edad cerebral” relativa de cada individuo.
Descubrieron que las personas cuyos registros médicos mostraban que estaban en un estado prediabético tenían una edad cerebral promedio que era medio año mayor que las personas sin la afección. Para las personas con diabetes completa, la edad cerebral era un promedio de 2.3 años mayor, y para las personas con diabetes muy mal controlada, sus cerebros eran un promedio de cuatro años mayores que las personas sin la enfermedad del azúcar en la sangre.
Sin embargo, el estudio también encontró que las personas que eran físicamente activas y no fumaban ni bebían eran mucho menos propensas a tener un cerebro envejecido. «Hay una prevalencia alta y creciente de diabetes tipo 2 en la población”, señaló Dove en un comunicado de prensa de Karolinska. «Esperamos que nuestra investigación ayude a prevenir el deterioro cognitivo y la demencia en personas con diabetes y prediabetes”.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email