Redacción externa.- Un estudio reciente sugiere que algunos pacientes con insuficiencia renal podrían beneficiarse más al evitar este tratamiento. La investigación evalúa sus impactos en la calidad de vida.
Algunos adultos mayores con insuficiencia renal en etapa terminal que están demasiado enfermos para un trasplante probablemente deberían saltarse la diálisis porque las compensaciones de salud no valen la pena, señala un estudio reciente.
Los adultos mayores que comenzaron la diálisis inmediatamente después del diagnóstico de insuficiencia renal solo vivieron un promedio de nueve días más que los que esperaron al menos un mes para comenzar o nunca se molestaron con el tratamiento, encontraron los investigadores.
Sin embargo, los pacientes de diálisis temprana también pasaron 13 días más en hospitales o en centros de atención que los que esperaron o no recibieron el tratamiento, muestran los resultados.
“¿Es eso realmente lo que un paciente de 75 u 80 años quiere hacer?”, preguntó la investigadora principal, Maria Montez Rath, ingeniera investigadora sénior de Stanford Medicine.
«El estudio nos muestra que si comienza la diálisis de inmediato, podría sobrevivir más tiempo, pero pasará mucho tiempo en diálisis, y es más probable que necesite hospitalización», añadió Montez Rath en un comunicado de prensa de Stanford.
Además, la diálisis conlleva efectos secundarios como calambres y fatiga, y por lo general requiere una visita de tres a cuatro horas a una clínica tres veces por semana, anotó la investigadora sénior, la Dra. Manjula Tamura, profesora de nefrología de Stanford Medicine.
“Para todos los pacientes, pero sobre todo para los adultos mayores, comprender las compensaciones es realmente esencial”, dijo Tamura. “Ellos y sus médicos deben considerar cuidadosamente si proceder con la diálisis y cuándo”. “Es una terapia bastante intensiva que implica un cambio importante en el estilo de vida”, añadió Tamura.
Los pacientes pueden tomar medicamentos en lugar de la diálisis para gestionar los síntomas de la insuficiencia renal, como la retención de líquidos, la picazón y las náuseas, anotó Tamura.
En el estudio, los investigadores evaluaron los expedientes de salud de más de 20.400 pacientes a partir de los 65 años de edad del Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE. UU. que fueron diagnosticados con insuficiencia renal entre 2010 y 2018. Ninguno de los pacientes buscaba un trasplante de riñón.
Los pacientes se dividieron en dos grupos: los que comenzaron la diálisis inmediatamente después de su diagnóstico, y los que esperaron al menos un mes. Alrededor de la mitad de los pacientes en el grupo de espera nunca comenzaron con diálisis.
Los pacientes y sus familias a veces asumen que la diálisis es su única opción, o que prolongará la vida de forma significativa, dijo Montez Rath. “Con frecuencia dicen que sí a la diálisis, sin entender realmente lo que eso significa”, dijo Montez Rath. La edad marcó la diferencia, encontraron los investigadores.
Los adultos mayores más jóvenes, de 65 a 79 años, que comenzaron la diálisis de inmediato vivieron 17 días menos mientras pasaban 14 días más en un hospital o centro de atención.
Por otro lado, los mayores de 80 años que recibieron diálisis inmediata vivieron 60 días más, pero pasaron solo 13 días más en un centro de hospitalización.
Los pacientes que nunca se sometieron a diálisis murieron un promedio de 77 días antes que los que comenzaron la diálisis de inmediato, pero también pudieron pasar 14 días más en casa.
Los médicos a veces recomiendan la diálisis porque quieren ofrecer esperanza a los pacientes, o porque no comprenden del todo las desventajas del tratamiento, dijo Tamura. Estos resultados indican que los médicos y los pacientes podrían considerar esperar hasta que la función renal disminuya antes de iniciar la diálisis, si es que lo hacen, agregó.
«Diferentes pacientes tendrán diferentes objetivos», dijo Tamura. «Para algunos es una bendición tener esta opción de diálisis, y para otros podría ser una carga».
Los médicos también podrían considerar la diálisis para los adultos mayores frágiles como un tratamiento paliativo destinado a aliviar los síntomas, en lugar de un medio para prolongar la vida, añadió Tamura. “Actualmente, la diálisis a menudo se plantea a los pacientes como una elección entre la vida y la muerte”, anotó Tamura.
“Cuando se presenta de esta manera, los pacientes no tienen espacio para considerar si el tratamiento se alinea con sus objetivos, y tienden a sobreestimar los beneficios y el bienestar que podrían experimentar”, añadió Tamura. “Pero cuando el tratamiento se enmarca como un alivio de los síntomas, los pacientes pueden entender más fácilmente que hay compensaciones”.