1.- Porque el pueblo dominicano está integrado en su generalidad por gente buena, algunos tienen la falsa creencia de que todos pensamos y actuamos apegados a la nobleza, dominados por la grandeza del alma y limpieza de corazón.
2.- Están totalmente equivocados aquellos que ven en cada dominicano a un ente social cargado de virtudes, el non plus ultra del humanismo, el prototipo de la benevolencia.
3.- Precisamente, porque la mujer y el hombre de sanos sentimientos no saben hasta dónde llega el malvado en sus perversidades, subestiman la capacidad de los que solo saben hacer maldad.
4.- Personas que han leído los escritos que hemos publicado sobre el espionaje que desde organismos del gobierno se ejecuta contra una madre y de mi amigo, tal vez no han comprendido la dimensión de la acción criminal.
5.- Pero el asunto sumamente peligroso que procura dañar a dos conciudadanos honestos, no es para infravalorar, reducirlo a la nada, ni mucho menos darle de lado en el plano de la investigación judicial.
6.- El expediente que hemos estado manejando, con el cual se ha querido perjudicar a la mamá y al hijo, no se trata de un operativo de escucha telefónica o hackeo. No, el dosier es tan escabroso como comprometedor, riesgoso y alarmante.
7.- No hay que hacer el mayor esfuerzo al leer las piezas que integran el historial al cual nos referimos, para darse cuenta de que con la suplantación de las personas se buscaba, de manera perfecta, tomando el celular de la mamá y su vástago como base, crear los medios de pruebas para una acusación criminal con la tipificación de narcotraficantes.
8.- Solamente de un cerebro letrino, como el de los malignos, perjudiciales y retorcidos mentales, salen ideas macabras, terroríficas y sombrías, tal cual figuran en el conjunto de mensajes elaborados contra las dos víctimas, madre e hijo.
9.- Aquel que lea el expediente preparativo contra hijo y madre, es para escalofriarse, sentirse estremecido y pasar un largo tiempo horrorizado.
10.- Como con detenimiento he leído los documentos que fueron elaborados para injusta e ilegalmente acusar como traficantes de estupefacientes, a la progenitora y a su descendiente, me indigné y escribí un artículo con el título: “En la sociedad dominicana: asesinos físicos, particulares, y morales estatales”.[i]
11.- Me voy a permitir transcribir dos párrafos que forman parte del escrito al cual me he referido, y dicen así:
12.- “Dar muerte moral desde organismos del Estado dominicano, se ha convertido en una práctica odiosa de la cual son víctimas ciudadanas y ciudadanos honorables, de conducta acrisolada”.
13.- “El crimen de mucha sangre mete miedo intenso, mientras que el asesinato moral pasa desapercibido, porque solo lo siente la víctima que lo sufre intensamente”.
14.- Me genera molestia anímica la perversidad, sin tomar en cuenta la persona afectada con esa práctica fruto del odio, el resentimiento y la malignidad, que han hecho acto de presencia en el ambiente dominicano contaminando la mente de aquellos que con saña y alta tecnología fabricaron el expediente criminal que me motiva escribir estas líneas.
15.- Que cada dominicano y dominicana se dé cuenta de que este es un país de coterráneos, de sanos sentimientos, pero hay que cuidarse de los que dentro del gobierno están listos para hacer de protervos con capacidad para de manera selecta hacer pruebas y así imputar crímenes falsos.