REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La disfunción eréctil, un tema que toca -y preocupa- a muchísimos hombres en todo el mundo. Más allá de lo que puede representar para la autoestima, desde hace varios años se viene estudiando desde otro lado, centrando en aquellas patologías que pueden generar esta problemática en el hombre. Un estudio publicado en Nature señala que la disfunción eréctil podría ser tan sólo la punta del iceberg de muchos padecimientos tras haber padecido una forma severa del COVID-19. Los hombres fueron más afectados que las mujeres, con mayor promedio de mortalidad y afectaciones más fuertes, según indica el resumen del estudio.
“La disfunción eréctil se define como la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente rígida que permita un encuentro sexual satisfactorio. No debe ser considerada solamente un síntoma, sino parte de una enfermedad sistémica que puede afectar a uno de cada dos hombres entre los 50 y los 70 años”, explica a Infobae, Walter De Bonis, encargado de la sección Disfunciones Sexuales del Hospital Duránd, urólogo y consultor de la sociedad Argentina de Urología.
Para comprender los mecanismo involucrados en la génesis de la disfunción eréctil hay que entender que la erección es un complejo fenómeno neuroendocrino mío vascular. “Para que tenga lugar depende de la integración y la sincronización de las funciones de diferentes sistemas y órganos del cuerpo humano, que van desde el sistema endocrino hasta el sistema neurológico, pasando fundamentalmente por el aparato cardiovascular”, agrega De Bonis.
Alejandro Sánchez Flores, del Instituto de Biotecnología, dice que no se ha visto que se esté presentando más esta disfunción en hombres de 50 años en adelante que sufrieron la COVID-19, contra aquellos que no han sufrido enfermedades. “Lo que sí ven es que puede ser la punta del iceberg, porque se sabe que el virus, al ser un patógeno que desequilibra la regulación de la renina-angiotensina, que tiene que ver con la presión arterial, daña, por ejemplo, tejidos relacionados con los epitelios, los cuales se vinculan con los endotelios, tejidos que están en los vasos sanguíneos, y al final todo es parte del sistema circulatorio, del cual depende una erección”.
Dentro de las afectaciones que puede haber tras padecer la COVID, también es posible tener daños psicológicos. “Pareciera ser que hay algunos elementos que se pueden relacionar. No podemos culpar al virus concretamente, sino que hay dos componentes: el psicológico que afecta nuestro comportamiento en torno a las actividades sexuales; el otro es sobre el funcionamiento de cosas más específicas como el óxido nítrico sintasa, un regulador que es necesario básicamente en una erección, pues es indispensable que la sangre venosa, la sangre que no tiene oxígeno, se quede atrapada en el pene y no circule la sangre arterial” señaló Sánchez Flores.
También puede haber problemas de infertilidad por daño a los testículos, lo cual se le suma a la disfunción eréctil, a pesar que la frecuencia de casos no ha sido alta. Es importante saber que la disfunción “puede ser un indicador de un daño más severo al corazón u otros órganos –Sánchez Flores– muchos de los casos de infartos cerebrales se originan por la ruptura de los vasos sanguíneos en el cerebro”.
De Bonis sigue en la misma línea: “Existen algunas controversias con relación a los efectos de los virus SARS-CoV-2 sobre la salud reproductiva y los genitales masculinos y en consecuencia hay una preocupación sobre el potencial efecto en la fertilidad como secuela las infección por COVID-19. Se observado la presencia de fragmentos del virus en el semen y en el epitelio seminífero, que es la zona donde se producen los espermatozoides. Lo cual por lo menos obliga a un control de la fertilidad en aquellos individuos que han sufrido la infección por coronavirus. Por otro lado se sabe que la familia coronavirus es capaz de generar orquitis y las orquitis obviamente son factores de riesgo vinculados a la infertilidad. También se observaron alteraciones en los niveles de testosterona. Se trata de una hormona androgénica involucrada fundamentalmente la producción espermática y que también está involucrado en la respuesta sexual. De ahí qué es otro elemento a considerar en la asociación efectos sobre el aparato genital y sexual de las infecciones por COVID-19″, dice De Bonis.
Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que no suceda la erección? Hay que saber que una adecuada erección depende de que “los vasos sanguíneos del pene se encuentra indemnes fundamentalmente el endotelio, que es la cubierta interna de los vasos sanguíneos del cuerpo”, dice De Bonis. Y sigue: “El endotelio cumple funciones muy importantes, entre ellas la producción de óxido nítrico. El óxido nítrico que es un radical libre de oxígeno involucrados en los fenómenos de vasodilatación. Es de tanta importancia su rol que la erección depende de la existencia una adecuada producción de óxido nítrico, que precisamente se ve disminuido en todas estas comorbilidades asociadas a la disfunción eréctil, cómo son las afecciones cardiovasculares la diabetes la hipertensión la dislipemia, entre otras”.
Hay que estar atentos a síntomas que se han estado estudiando como el cansancio excesivo, que se ha visto en jóvenes que padecieron la COVID y a pesar de que no tienen un padecimiento como tal, concreto, se ha descubierto que llegan a tener microtrombos, coágulos muy pequeños y su agregación plaquetaria es mayor de lo normal o es más alta de lo normal. “La disfunción eréctil nos indica que hay daños en los endotelios, porque aunque el virus del SARS-CoV-2 ya no está presente, deja desreguladas muchas cosas”, dijo Sánchez Flores.
Según otro estudio, los pacientes con COVID-19 sextuplican el riesgo de desarrollar disfunción eréctil. Además, a la inversa, las personas que ya tienen ese trastorno sexual son cinco veces más propensas a tener la infección por el coronavirus. Esos datos que sirven de advertencia sobre los riesgos del coronavirus asociados a la.
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