Decía Domingo Moreno Jimenes el fundador del postumismo y de la colina sacra, el cual mi padre Rafael A. Brenes formó parte de esta Pléyada columna de honestidad, de bondad y de talento que nadie podrá nunca borrar cuando se refería en su poema “La Hija Reintegrada”; “¡Compran caro el suelo donde colocan a los muertos, y ellos son más dueños de la tierra que los hombres que comercian con ellos!
¡Cuánta profundidad en estas sencillas palabras nos dejó Moreno!, el hombre que asiduamente iba a la Cafetera del Conde junto a los jóvenes intelectuales poetas de ese tiempo, les decía, según el amigo Iván García que iba a llevarle un poema nuevo se los iba decir porque lo que no se anunciaba no se vendía. Pobre del bolsillo y una gran humildad de espíritu poseía Moreno.
Tuve la gran oportunidad de conocer a Moreno cuando mi padre vivía y después de su muerte, mi madre fue en cierta medida mecenas de él.
En los últimos tiempos que fue a la casa dormía mientras comía, como si se quisiera ir de la vida, o si la reintegrada lo llamara. Domingo, rodeado de gente de mucho dinero era un gigante dentro de ellos, el más grande, el más puro, no le faltaba de que presumir, siendo del linaje de un ex Presidente de la República habiendo estudiado con Federico Henríquez y Carvajal, de esos hombres en que hacía ver pequeños a los que les rodeaba, vestido con su clásico traje de lino o el famoso dreal presidente de la época que solamente los usaban los adinerados.
Da mucha pena que gente que lo conoció nunca valoró sus prendas morales y espirituales. Es imperdonable que habiéndose sentado a la mesa junto a él no entendieran, lo que ese hombre prodigaba: Amor, Paz y Honestidad cosas que el dinero no nos la dará nunca.
Guillermo Moreno Domingo necesariamente tenía que ser el nieto del grande Moreno Jimenes (abuelo), el linaje nunca se equivoca.
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