REDACCIÓN.- Luis Hidalgo, un dominicano que tuvo una corta relación con una mendocina cuando ambos coincidieron un verano en Chile, se enteró pocos meses después que la mujer estaba embarazada. Nació la hija a la que nunca pudo conocer y ahora se enteró de que la niña está en un hogar y se está tramitando darla en adopción en Argentina.
«Esa gente debe tener vendida a mi hija» aseguró a Memo, un medio local de ese país, apuntando contra el equipo de la Dirección General de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (DGP) dependiente del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
Hidalgo aseguró que, cuando la niña nació, él tenía comunicación con la madre, que le enviaba fotos y videos de la niña, pero luego supo que la mujer tenía problemas con el consumo de drogas y que, al cabo de un tiempo, se enteró que la mujer estaba internada en una clínica para rehabilitarse. Sin embargo, durante varios meses no supo qué había pasado con la niña. «La madre nunca me decía dónde estaba, me decía que tenía que hacer trámites en juzgado, pero nunca supe dónde estaba la nena», aclaró.
En noviembre, una integrante de AVOME (Asociación de Voluntarias Mendocina) se comunicó con él y le dijo que su hija estaba en una casa cuna de la DGP.
«Esa señora me puso en contacto con ellos». Desde entonces, Hidalgo se comunicó con varias personas de la Dirección y le dijeron que la justicia debía aprobar que se le realizara una prueba de ADN para demostrar la filiación de la nena. Sin embargo, la ley en Argentina no exige ADN para reconocer a un hijo.
Vanina Barone, titular de la DGP, reconoció a Memo que la bebé está en una casa cuna y aseguró que «la justicia no aprobó que se le hiciera el ADN a la nena». En realidad, la justicia no aprobó el pedido de la DGP de hacer la prueba de paternidad y remarcó que Hidalgo tiene todo el derecho de hacer el trámite correspondiente para ponerle su apellido a la nena. «Tiene que ir al consulado argentino en su país y pedir hacer el trámite de reconocimiento», explicaron a Memo desde el Poder Judicial.
Por otro lado, Barone remarcó que Hidalgo «recién aparece ahora» cuando la niña hace dos años que está en el hogar y aseguró que él sabía desde el principio que la nena estaba bajo el cuidado de la DGP, pero que él no había cumplido con lo que le habían pedido.
Hidalgo, por su parte, niega eso y asegura que recién entró en contacto con la DGP en noviembre y que las autoridades mendocinas se comunicaron con el Consejo Nacional para la Niñez y Adolescencia (CONANI) de República Dominicana, que le pidieron estudios de drogas, antecedentes penales, laborales, pericias psicológicas, y otros requisitos y que él hizo todos los papeles.
El 26 de enero, Hidalgo se comunicó con una persona de la DGP para preguntarle si ya habían recibido todo y le respondieron que estaban «tratando de coordinar una videollamada para ponernos de acuerdo en la evaluación». Desde entonces, no se comunicaron más con él y no le responden mensajes ni llamados.